Un sobreviviente de Nova y soldado israelí logró escapar milagrosamente antes de que la justicia brasileña lo detuviera.
Yuval Vagdani, de 21 años, estaba de vacaciones en Brasil con amigos, descansando tras haber servido durante varios meses en las Fuerzas de Defensa de Israel, cuando recibió el llamado de funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel: debía abandonar el país lo antes posible. Si no lo hacía, corría el serio riesgo de ser detenido.
La justicia brasileña lo perseguía en respuesta a una demanda presentada por la Hind Rajab Foundation, una organización propalestina cuyo objetivo es perseguir a todos los que se han ocupado de la legítima defensa del Estado de Israel. La HRF sistemáticamente ha acusado a soldados de participar en lo que ellos consideran que es un “genocidio” y, en el caso en particular de Vagdani, de cooperar en la demolición de viviendas de civiles en Gaza. Se basan en contenidos que los soldados han publicado en sus redes sociales.
“Me acusaron de matar a cientos de niños palestinos y la única prueba que tienen es una foto mía vestido con el uniforme del ejército en Gaza”, digo Vagdani.
Apenas les llegó la información, Vagdani y sus compañeros empezaron a buscar una posibilidad de escape de Brasil. Los datos que llegaban de Israel no les dejaban opción, debían abandonar inmediatamente suelo brasileño.
Gracias a un operativo comandado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel en el que participaron funcionarios israelíes en Brasil, Vagdani y sus amigos pudieron escapar a Argentina. Una vez allí, se tomaron un vuelo a Miami y luego arribaron nuevamente en Israel.
Un problema global
La situación para los soldados israelíes se ha tornado complicada en distintas partes del mundo no sólo por las acusaciones de distintas organizaciones por supuesto “genocidio” en Gaza, sino por el apoyo de varias naciones en este punto. Es fundamental recordar que la Corte Criminal Internacional, en un vergonzoso gesto jurídico, ha ordenado la detención del Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y del exministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, por presuntos “crímenes de guerra”. Este tribunal internacional ha igualado a funcionarios de un gobierno democráticamente elegido que se está defendiendo de ataques constantes y que todavía busca recuperar a civiles secuestrados, con dictadores y terroristas.
Sería ingenuo ignorar la complicidad de varios gobiernos en esta campaña antiisraelí. Sudáfrica e Irlanda han impulsado las condenas en los tribunales internacionales, pero hay otras naciones que, desde los discursos oficiales, se han alineado con estas posturas. No es casualidad que Brasil, el país en donde casi es detenido el soldado Vagdani, sea una de ellas.
Un sobreviviente del 7 de Octubre
La situación que tuvo que pasar Vagdani es doblemente dolorosa si se tiene en cuenta que el joven, además de luchar por recuperar a los secuestrados, es él mismo un sobreviviente de la masacre del 7 de Octubre. Vagdani estuvo en el festival Nova, donde cientos de civiles fueron asesinados por los terroristas de Hamás, y sobrevivió milagrosamente tras correr por decenas de kilómetros hasta llegar a un lugar seguro.
La organización Hind Rajab Foundation ha anunciado que continuará persiguiendo a los soldados israelíes. Según sus declaraciones, más de 1.000 soldados israelíes han sido denunciados en base a actividades en sus redes sociales. Es importante mencionar que esta fundación está dirigida por un hombre llamado Karim Hassoun, un histórico antisemita que festejó públicamente los crímenes terroristas del 7 de Octubre y que ha reconocido orgullosamente haber entrenado con Hezbolá en el Líbano.
“Nunca voy a olvidar la difícil experiencia que tuve que pasar”, dijo Vagdani al aterrizar en suelo israelí, “sin embargo, no podrán quebrarme. Soy fuerte”.
Por estas persecuciones, expertos legales han aconsejado a los soldados israelíes borrar todo el contenido que tengan en redes sociales que pueda vincularse con su participación en la guerra.
Parece mentira que incluso mientras todavía hay civiles secuestrados, haya organismos y países que quieran postular que Israel es el victimario y no la víctima. El consuelo que nos queda y que debemos tener presente es que a lo largo de la historia el pueblo judío ha sido perseguido incansablemente con argumentos falsos, sin embargo, imperios han caído, líderes poderosos han desaparecido, y, en contra de todos los pronósticos, nosotros seguimos estando aquí. No debemos olvidar nunca que, si bien el camino puede ser doloroso, a la larga, el bien siempre gana.
(Fuente Aishlatino)
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