viernes, 19 de diciembre de 2025

DEL WSJ

 IRAN Y SUS SATELITES TERRORISTAS TRAMAN UN REGRESO

El cese del fuego de Gaza ha desviado la atención occidental de la amenaza real—Teherán y sus súbditos.

Por John Bolton

Irán y sus aliados terroristas se están esforzando por recuperarse de la devastación que han traído sobre sí mismos por medio de los ataques del 7 de octubre del 2023. Ellos quieren restaurar sus capacidades nucleares y terroristas y parecer como que ya lo han hecho. Aunque el trabajo de reconstruirse está lejos de completarse, está prosiguiendo a pesar de la inestabilidad y represión concomitante de Irán, y a pesar de la escasez de agua que podría requerir que los funcionarios abandonen Teherán como la capital. Si Israel, las naciones del Golfo Arabe y Estados Unidos no logran tomar en serio el regreso de Irán, estarán repitiendo errores pasados y facilitando una Teherán resurgente.
Más peligrosa es la renovación del programa de armas nucleares de Irán. Fordow y Natanz, a las que EE.UU. atacó con bombas destructoras de búnkeres en junio, pueden ser imposibles de reconstruir. Pero el trabajo en túneles parece estar aumentando en la Montaña Pickaxe cerca de Natanz, a la cual Irán en el 2020 declaró un sitio para construir centrifugadoras, centrales para el enriquecimiento de uranio. En Isfahan, a la cual Israel atacó, el nuevo trabajo está en marcha, aunque su extensión no está clara. Y en el complejo militar de Parchin, Irán está reconstruyendo plantas de pruebas altamente explosivas cruciales para los esfuerzos de armamentización nuclear.
Los proyectos nucleares de Teherán con Rusia, incluidos nuevos reactores planeados en Bushehr, se están expandiendo sustancialmente. Los propósitos aparentemente civiles—a saber, producción de energía limpia—proporcionan cobertura para trabajo relativo a armas. El apoyo nuclear chino está mejor escondido, probablemente disfrazado como "cooperación científica y tecnológica," rematada por adquisiciones chinas de petróleo iraní. Teherán está también resistiendo agresivamente el monitoreo de sus sitios nucleares por parte de la Agencia Internacional de Energía Atómica.
Irán está construyendo nuevamente la producción de misiles balísticos, lo que le permitirá amenazar nuevamente a Israel. Ha adquirido tecnología rusa de misiles y recibió cargamentos chinos de químicos cruciales necesarios para la producción de combustible para misiles.
Teherán está reconstruyendo también su frente de aliados terroristas. Está rearmando y refinanciando a Hamas. El grupo terrorista no ha mostrado la más mínima inclinación a desarmarse y desmilitarizarse, como quedó evidenciado por las repetidas violaciones al cese del fuego y violencia contra sus compatriotas gazatíes. Un líder de Gaza llama al cese del fuego irresponsable "un beso de vida" para Hamas. En ausencia de acciones enérgicas por parte de Israel, es probable que el rearme de Hamas sea inevitable.
El cese del fuego en Gaza desvía la atención occidental de la amenaza real—Teherán y sus súbditos—y beneficia a estos actores malos. Los esfuerzos por traer paz duradera a Gaza sin restringir a Irán son inútiles.
Hezbola parece estarse rearmando y recuperando fuerza aun más rápido que Hamas. Irán ha transferido más de us$1,000 millones a Hezbola este año, lavando fondos a través de canales que son difíciles de rastrear o bloquear. Preocupada por la renovación de Hezbola, Israel continúa atacando a sus líderes claves.
Teherán está también intentando fortalecer a las milicias iraquíes chiíes, conocidas colectivamente como Fuerzas de Movilización Popular, o FMP, dentro de las estructuras estatales iraquíes. Su objetivo es crear un Hezbola iraquí parecido al de Líbano. La caída del régimen de Assad de Siria frustró el esfuerzo de los ayatolas de crear una "media luna chií" en la región, así que Teherán ahora busca hacer a las FMP capaces de atacar a Israel y a los estados árabes cercanos. Los ataques renovados contra los campos petroleros operados por empresas estadounidenses y otras empresas extranjeras en el Kurdistán iraquí muestran la determinación de Teherán de mostrar su fuerza en la región. 
En Yemen, las facciones opositoras no hutíes han chocado recientemente, una apoyada por los Emiratos Arabes Unidos contra otra con vínculos con Arabia Saudita. La guerra civil de Yemen es complicada, pero lo último que necesitan los árabes del Golfo es el conflicto que podría reforzar la mano de Irán con las fuerzas hutíes, por lo cual Teherán ha luchado por reafirmar el control. Los hutíes ponen en peligro a Israel y el paso marítimo del Canal de Suez-Mar Rojo, un interés vital para la seguridad nacional de Estados Unidos. También son una amenaza para los estados árabes productores de petróleo en su patio trasero. Lamentablemente, la Casa Blanca parece haber perdido el interés en el problema hutí desde que detuvo en mayo los esfuerzos estadounidenses breves y poco concluyentes por frustrar los ataques hutíes contra los buques comerciales cerca de Yemen.
Estos acontecimientos requieren de la atención inmediata por parte de Israel, Estados Unidos y los estados árabes del Golfo. Israel tiene sus manos ocupadas con los problemas internos: cargas económicas de dos años de guerra, la necesidad urgente de más mano de obra militar complicada por la resistencia ultraortodoxa al servicio militar, y la intensidad de la oposición al Primer Ministro Benjamin Netanyahu aun después del retorno de los rehenes israelíes.
Pero Irán no está descansando. La agencia de inteligencia Mossad recientemente desbarató una conspiración iraní para atacar a funcionarios israelíes en Africa—prueba que Irán está ocupado detrás de escena. Depende de los amenazados por Irán y sus satélites garantizar que su regreso fracase.
El "Eje de la Resistencia" no es todavía una máquina nuevamente bien aceitada, pero podría serlo pronto si EE.UU. está poco atento. Las frecuentes distracciones de Washington no deben impedirle desarrollar una estrategia eficaz a largo plazo. Ahora es el momento no de negociar con los ayatolas sino de reanudar la ejecución seria de las sanciones económicas mientras se suman nuevas. Cuando el líder supremo Ali Khamenei muera, el vacío de liderazgo proporcionará a la resistencia de Irán una oportunidad crucla para el cambio de régimen, y la oposición merece la ayuda estadounidense. Ignorar a Irán hasta que recupere totalmente su fuerza sólo empeorará las cosas.
El Sr. Bolton se desempeñó como asesor en seguridad nacional de la Casa Blanca desde el 2018 al 2019, embajador ante las Naciones Unidas desde el 2005 al 2006, y secretario de estado adjunto para asuntos de organizaciones internacionales de 1989 a 1993.     


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