**Y Si Algún Día**
Y si algún día ocurriera, por
esas cosas caprichosas de la vida, que como
un laberinto sin calles ni
avenidas nuestros caminos se cruzaran en algún
lugar, como un teatro o un
club en un negocio o simplemente en la vereda de cualquier calle, ten por
seguro que al pasar por mi lado tu cabeza en alto tu
frente despejada y una sonrisa en tus labios
como desafiando a la vida ya
que ninguno de los dos hemos
sido pecadores.
¿Acaso se debe llamar pecado
al amor tardío?
Nuestro amor llegó tarde
cuando nuestras vidas familiares estaban formadas
pero de ninguna manera pueden
criticarnos por el brillo de nuestros ojos o
el temblor de nuestras manos.
El amor es dolor o alegría es recompensa o rechazo pero es la sensación de una
dulce flecha que se clava en el corazón.
No es necesario buscarlo y no
hay forma de evitarlo; nuestras familias no sufrieron porque nosotros no
cometimos pecado cuando renunciamos a nuestro
amor dando por concluido a
nuestro puro sentimiento
Si algún día nos vemos
podemos saludarnos con un beso, de viejos amigos,
Y si algún día ocurriera, por
esas cosas caprichosas de la vida, que como
un laberinto sin calles ni
avenidas nuestros caminos se cruzaran en algún
lugar, como un teatro o un
club en un negocio o simplemente en la vereda de cualquier calle, ten por
seguro que al pasar por mi lado tu cabeza en alto tu
frente despejada y una sonrisa en tus labios
como desafiando a la vida ya
que ninguno de los dos hemos
sido pecadores.
¿Acaso se debe llamar pecado
al amor tardío?
Nuestro amor llegó tarde
cuando nuestras vidas familiares estaban formadas
pero de ninguna manera pueden
criticarnos por el brillo de nuestros ojos o
el temblor de nuestras manos.
El amor es dolor o alegría es recompensa o rechazo pero es la sensación de una
dulce flecha que se clava en el corazón.
No es necesario buscarlo y no
hay forma de evitarlo; nuestras familias no sufrieron porque nosotros no
cometimos pecado cuando renunciamos a nuestro
amor dando por concluido a
nuestro puro sentimiento
Si algún día nos vemos
podemos saludarnos con un beso, de viejos amigos,
o estrecharnos las manos con
la máxima educación. Sería un saludo formal
respetando nuestros
compromisos como personas civilizadas que amordazaron
sus corazones pero no
pudieron acallar su amor.
¿Acaso se debe llamar pecado
al amor tardío? ¡Los dos sabemos que no!
¡Si cometimos un pecado fue
quitarle la voz a nuestros sentimientos tapando
con sueños una realidad que
nunca podremos negar!
Mario Beer-Sheva
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