SIN PALESTINOS
"El israelí no se levanta cada mañana pensando en el conflicto con los palestinos", afirmó el primer ministro hebreo, Naftali Bennett, en su primer discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
"Lo que el israelí ambiciona es tener trabajo, salud para él y su familia y educación para sus hijos". agregó en su vergonzosa aparición frente a la plana mundial en la cual ninguneó a dos millones de palestinos en Cisjordania y un millón y medio en Gaza sin siquiera insinuar que todos ellos, que sufren de la ocupación militar y del asedio de los colonos en los asentamientos, puedan aspirar a lo mismo.
En su discurso, Bennett trató de presentar a Israel como "Or Lagoim" (una luz para los gentiles), un actor global cuya experiencia puede ofrecer soluciones a los problemas mundiales urgentes.
Bennett se centró en el ethos israelí de acción, de soluciones, de innovación, de optimismo. En el discurso también abordó el lugar de Israel en la región menos simpática en la que vivimos, y el lugar de Israel en el contexto global más amplio, donde hay buenas y malas noticias.
El discurso del primer ministro pretendió destacar una nueva visión más optimista y dinámica de Israel a los ojos del mundo, que refleja la nueva generación de liderazgo israelí.
La respuesta de Israel al COVID-19 fue parte de ese mensaje, con el primer ministro explicando al mundo de forma casi paternalista cómo Israel está manejando la pandemia sin bloqueos adicionales, y qué lecciones tiene la experiencia israelí para ofrecer al mundo. Eso sin mencionar el trsite lugar que el Estado judío ocupa en cantidad de muertes teniendo a una de las poblaciones más vacunadas.
El programa nuclear de Irán también fue uno de los temas centrales del discurso, con el mensaje de que ha llegado el momento de tomar medidas concretas.
“El programa nuclear iraní debe tratarse con acciones”, dijo Bennett, aunque reconoció que los discursos también tienen su lugar, como el de conseguir la ayuda de la comunidad internacional.
"Estamos en una etapa crítica en el programa nuclear iraní”, afirmó señalando el continuo enriquecimiento de Irán, y la posible reanudación de las conversaciones nucleares en Ginebra. Bennett advirtió que "las palabras no detienen las centrifugadoras" atómicas", y aseguró que Irán está muy cerca de poder desarrollar armas nucleares y confirmó que, haga lo que haga el resto del mundo, su país no lo va a permitir.
También abordó el apoyo de Irán al terrorismo regional y a sus representantes armados, Hezbolá, Hamás y la Yihad Islámica, y habló sobre el nuevo liderazgo de línea dura de Irán que encabeza el presidente Ebrahim Raisi, el "Verdugo de Teherán", que, según Bennett, sus resoluciones y aprobaciones llevaron al menos 5.000 presos políticos fueron ejecutados en la horca en las cárceles, y que luego de las ejecuciones solía saborear pasteles con crema.
Bennett mencionó también las tendencias alentadoras de los Acuerdos de Abraham y las nuevas oportunidades en la región. Los acuerdos, firmados en 2020 con la mediación de Estados Unidos, normalizaron las relaciones entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin. Desde entonces, Marruecos y Sudán también han firmado acuerdos de normalización con el Estado judío.
Sin embargo, Bennett casi no mencionó a los palestinos, lo que refleja su creencia de que Israel es un país importante y polifacético, y que su papel en la escena mundial no debe verse a través del prisma de su conflicto con los palestinos.
“Las relaciones de Israel con el mundo no tienen que definirse por esta cuestión específica”, dijo ignorando que recientemente dos soldados fueron heridos de gravedad en un tiroteo abierto en la ciudad de Jenín, en Cisjordania, en el que Tzáhal informó que fue desmantelado un grupo terrosiata de Hamás, que pretendía realizar un mega-atentado en Israel.
Tanto Meretz como Avodá, así como Raam, el partido árabe israelí que integra la coalición, no se manifestaron al respecto.
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