RECORDAMOS. IOM HASHOA
El asesinato de seis millones de hombres, mujeres y niños de toda condición y origen.
Sefardíes y ashkenazies.
De toda ideología política y clase social.
De cualquier edad.
Incluso sin haber nacido.
Observantes y revolucionarios.
Conversos a otras religiones
Les unía su condición de judíos.
Esa condición que une a las generaciones posteriores con un nexo inquebrantable con quienes sufrieron el exterminio, traumas difícilmente superables y secuelas físicas de por vida.
El tiempo nos va dejando sin los supervivientes, sin sus testimonios.
Pero no sin el recuerdo.
A todos ellos.
Porque olvidarlos sería asesinarlos de nuevo.
La sola existencia de Am Israel y del Estado de Israel en la actualidad son signos de su victoria.
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