EUROPA SE ESTA CONVIRTIENDO EN UNA GRAN ZONA DE EXCLUSION
El Instituto de Investigación de Migración en Budapest, vinculado al prestigioso Colegio Matthias Corvinus, estima 900 áreas no controladas a lo largo de Europa. Una Europa de fronteras abiertas ha terminado llena de zonas de exclusión.
Por Giulio Meotti
Noviembre 22, 2024
traducida por Marcela Lubczanski
En medio de las risas acostumbradas de los comentaristas y usuarios de Twitter, hace ocho años Donald Trump escandalizó a la gente de pensamiento de derecha declarando que estaban siendo creadas "zonas de exclusión" en Europa. ¿Zonas de exclusión? Debe haber sido otra falsa noticia de Trump, dijeron.
David Ignatius en el New York Times había usado la expresión, explicando que algunas áreas de París se habían vuelto "zonas de exclusión de noche." Entonces Michael Nazir-Ali, obispo de Rochester, habló de zonas de exclusión en Inglaterra.
Desde entonces se ha vuelto un secreto a voces, y mientras incluso Angela Merkel ha admitido la existencia de estas áreas en Europa, el ex presidente socialista francés François Hollande dijo: “¿Cómo podemos evitar la secesión? Porque eso es lo que está sucediendo: secesión.”
Secesión. Enclave. Entiende mal la política de inmigración y estás terminado.
Botho Strauss, el celebrado dramaturgo alemán, escribe: “En el curso del cambio demográfico debido a la mayoría de población musulmana en las metrópolis esperada en el futuro cercano, podrían surgir otras prioridades con respecto a la tolerancia y la diversidad. Cuan ridículo y sin sentido es entonces continuar con los tonos cansados y de sacarina de la 'tolerancia' hacia una clase de gente que en nuestras ciudades están creciendo para ser mayoría."
Ahora, a apenas algo más de una semana después de los acontecimientos increíbles en Amsterdam (40 zonas de exclusión mapeadas en Países Bajos), Barbara Slowik, la directora de la policía de Berlín, admite:"Hay barrios donde la mayoría de la población es de origen árabe que también tienen simpatías por grupos terroristas." Aconsejó a judíos y homosexuales ser cuidadosos en "ciertas áreas” de la capital alemana en una entrevista con el diario Berliner Zeitung.
Cuando se le preguntó “¿hay zonas de exclusión (en Berlín)?”, Barbara Slowik respondió: “Básicamente no. Sin embargo, hay áreas, y tenemos que ser honestos en este pnto, donde yo aconsejaría a la gente que lleva una kipá o que es abiertamente gay o lesbiana que sea más cuidadosa. En muchas ciudades es importante estar vigilantes en ciertos lugares públicos para protegerte."
“¿Quién representa un peligro para los judíos?” le pregunta entonces el Berliner Zeitung. “No difamaré a algún grupo de gente aquí. Lamentablemente, hay algunos barrios donde la mayoría de la gente de origen árabe vive que tienen simpatías por los grupos terroristas. Hay antisemitismo manifiesto contra personas de fe y origen judíos," responde Slowik.
Si yo fuera el jefe de policía de Berlin, habría renunciado un instante después de admitir que el estado había perdido el control de su territorio. El Welt fue a uno de estos vecindarios de Berlín para obtener las reacciones sobre lo que dijo Slowik: "La población pide por el califato."
La increíble admisión por parte de la directora de policía de Berlín es apenas una pieza del rompecabezas. En Bonn, Potsdam, Bochum y otras partes, los judíos se están ocultando.
Y Londres también se ha vuelto una "zona de exclusión para los judíos," acaba de denunciar el zar anti-extremista del gobierno, Robin Simcox.
Y no es sólo un problema para los judíos y gays.
Los verdes de Berlín quieren coches de tren "exclusivos para mujeres." La solicitud fue hecha por el parlamentario Antje Kapek del Partido Verde, quien dijo que ocurren "ataques terribles contra las mujeres aun cuando hay grandes multitudes."
Incluso barrios en Duisburg son "zonas de exclusión," de acuerdo con un informe filtrado al semanario Der Spiegel. El informe habla de "44 zonas de exclusión" y advierte que el gobierno está perdiendo el control de barrios enteros y advierte que la policía "ya no podrá más garantizar el orden público en el largo plazo." Duisburg, que tiene una población de 500,000 personas, se estima que es hogar de 60,000 musulmanes en su mayoría turcos, haciéndola una de las ciudades más islamizadas en Alemania (los musulmanes han superado en número a los cristianos en las escuelas de Duisburg).
El presidente del sindicato policial, Rainer Wendt, dijo a Spiegel: “En el norte de Duisburg, hay barrios donde los colegas apenas pueden detener un coche, ellos serán rodeados por 40 o 50 hombres.”
Wendt, presidente del sindicato policial más grande de Europa, también dijo: "Estamos enfrentando un reto que no tiene precedentes en la historia de posguerra." El riesgo de colapso es "muy real," advirtió Wendt, y la policía está perdiendo el control de la situación. "Los radicales islámicos están cuestionando el poder en nuestras calles. Si no se toman acciones, la ley de Sharia prevalecerá en lugar de la constitución. Es hora de regresar a los valores fundamentales de nuestras sociedades. De lo contrario, el país colapsará y prevalecerá la ley del más fuerte."
Hemos visto ataques sexuales masivos en la Vispera de Año Nuevo, y la alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, aconseja a las mujeres “mantener a los extranjeros a distancia.” ¿Tal vez los judíos y homosexuales deberían mantenerlos también a distancia?
Pero no se trata sólo de Alemania. Hay una multitud infinita de enclaves chicos y grandes, verdaderos estados paralelos, que amenazan tanto la estabilidad como la integridad de Europa.
El Instituto de Investigación en Migración en Budapest, vinculado al prestigioso Colegio Matthias Corvinus, estima 900 zonas no controladas a lo largo de Europa.
¿Cómo son? En estos territorios, la policía, asistentes sociales y ambulancias no entran o deben ser protegidos. Las elevadas tasas de nacimientos garantizan longevidad y expansión. Son lugares donde una mujer puede ser acosada abiertamente durante el día. Estas zonas constituyen amenazas para la seguridad a través de crímenes, alborotos y terrorismo. Pero la tríada no es un tema de debate. Al final, la ley de Sharia es respetada de facto por los habitantes, no de iure: con el tiempo, los carniceros son sólo halal, desaparecen las peluquerías mixtas, y las mujeres son presionadas para conformar a la ley islámica. Eso sin decir que los judíos no deben ser vistos.
Con los números de la inmigración islámica, la ley positiva en Europa es impotente sobre las normas sociales y culturales.
“Hay 60 ‘zonas de riesgo’ en Suecia,” escribe la periodista sueca Paulina Neuding en el Spectator. “La política de integración del inmigrante de Suecia ha fracasado, llevando a sociedades paralelas y violencia pandillera," había dicho ya la primera ministra izquierdista sueca Magdalena Andersson. Y nuevamente: “La sociedad es simplemente demasiado débil para quebrar la segregación y rechazar las sociedades paralelas."
La violencia contra los trabajadores de la salud en muchas zonas de Suecia es tan endémica que quieren establecer un “sistema de protección” en zonas de exclusión con grandes poblaciones de migrantes hostiles hacia las autoridades. Los servicios postales también han dejado de enviar empleados a zonas de Estocolmo con un alto número de inmigrantes porque es muy peligroso. Los bomberos fueron obligados a abandonar los esfuerzos por apagar un incendio en un edificio en llamas después que los locales los atacaron.
El musulmán Ed Husain ha revelado numerosas zonas de exclusión para blancos en Reino Unido.
El DGSI, el directorio general de contrainteligencia interna de Francia, ha mapeado 150 distritos “en posesión” de los islámicos. Distritos, vecindarios, enclaves ahora en las manos de fundamentalistas y que les dan forma de acuerdo con su ideología de sumisión. De acuerdo con el ex número dos de DGSI francés, Alain Chouet, quien publicó el libro "Sept pas vers l’enfer”, “estos distritos están en 859 ciudades y viven allí 4 millones de personas, o el 6% de la población total de Francia."
Para llevar a cabo arrestos en los territorios perdidos de Marsella, la policía se viste como los musulmanes. Como en Fauda, la serie de Netflix sobre antiterrorismo israelí.
El diario francés Le Parisien reveló que las "zonas de exclusión" están localizadas ahora en el corazón de la capital. Como el barrio Chapelle-Pajol, en la parte oriental de París.
Cuando hubo levantamientos violentos en los banlieues hace dos veranos, “Nicolas,” un miembro de la “Bac de nuit” (policía penal) enviado a Nanterre, confesó: “Ya no tenemos más la impresión de estar en Francia. Fuimos desbordados rápidamente, los bomberos fueron atacados cada vez que nos movimos”.
La Europa de fronteras abiertas ha terminado con zonas de exclusión.
El problema es que los gobiernos europeos, y esto es lo que nos dice la impactante admisión de Barbara Slowik, parece haber concluido que es demasiado tarde para prevenir una Europa islamizada y que todo lo que puede hacerse es amortiguar sus efectos, al menos en el futuro inmediato, y esperar que la destrucción esté limitada a algunas pocas zonas, esperemos que no las nuestras. (Recuerden lo que dijo Winston Churchill acerca de los apaciguadores y los cocodrilos.)
Nos estamos convirtiendo en una zona de exclusión gigante donde está teniendo lugar el choque de civilizaciones.
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