domingo, 5 de enero de 2025

DEL WSJ

 COMO SE ENFRENTARON JIMMY CARTER Y MENACHEM BEGIN POR LA BIBLIA

El presidente quería que los judíos se fueran de la Margen Occidental. El primer ministro sólo llegó hasta el Sinaí.

Por Meir Soloveichik
Enero 3, 2024
traducida por 
Marcela Lubczanski
Previo a la cumbre de Camp David de septiembre de 1978 con el primer ministro israelí Menachem Begin y el presidente egipcio  Anwar Sadat, Jimmy Carter fue de vacaciones a Jackson Hole, Wyo. Allí él leyó perfiles preparados por la CIA sobre los líderes con los que se iba a reunir. Como lo dice Lawrence Wright en “Trece Días en Septiembre” (2014), la CIA describió a Sadat como “un visionario,” un líder “audaz” que estaba “dispuesto a ser flexible.” En contraste, la agencia describió a Begin como “reservado” y “legalista.” Los perfiles parecieron colorear la perspectiva de Carter. Al regresar de su primera discusión con Begin en Camp David, él reflexionó ante su esposa, Rosalynn, “No pienso que él tenga alguna intención de pasar por un tratado de paz.”
El estaba equivocado. Begin y Sadat hicieron una paz que ha perdurado durante décadas, un testimonio del liderazgo de ambos hombres. Pero los acuerdos que surgieron de Camp David fueron muy diferentes de lo que Carter imaginó. Mientras reflexionamos sobre el legado de política exterior de Carter, es asombroso considerar cómo tanto Begin como Carter se inspiraron en las Escrituras—pero en formas muy diferentes. 
Desde el momento de su elección, Carter estuvo ansioso por cambiar el Medio Oriente, y él estaba seguro que su profunda fe lo hacía más calificado que sus predecesores presidenciales para hacerlo. "Yo había enseñado la Biblia desde que tenía 18 años de edad," dijo Carter a su asistente Stuart Eizanstat, "y exactamente la mitad de todas mis lecciones han sido del texto hebreo, y la otra mitad del Nuevo Testamento. Así que conocía la historia; conocía el contexto; y tenía una fuerte motivación religiosa para intentar traer la paz a lo que yo llamo la Tierra Santa."
Pero como detalla el Sr. Eizanstat en su propia biografía, el encuentro de Carter con la Biblia no se tradujo en un afecto por los judíos que vivían en su patria histórica, sea en la Judea antigua o en la del siglo XX, "y la falta de sensibilidad política del presidente a veces fue asombrosa." Carter continuó enseñando en la escuela dominical después de asumir el cargo. En una clase, el presidente dijo a sus estudiantes que Jesús había "desafiado directamente en una forma fatal a la iglesia existente, y no hubo forma posible en que los líderes judíos evitaran el desafío. Entonces ellos decidieron matar a Jesús." En otra, él dijo que la muerte de Jesús fue traída "tan rápidamente como pudo ser arreglada por los líderes judíos, quienes eran muy poderosos." Un periodista de Associated Press estuvo presente en ambas.
Este era el presidente que esperaba transformar el Medio Oriente. En Camp David, Carter presionó a Begin para que cese todo asentamiento en las regiones de Judea y Samaria, preparándose para la creación de un estado palestino. Begin se negó a tolerar tal estado, estimándolo una amenaza para la seguridad de los ciudadanos de Israel. El además se negó a aceptar una prohibición de largo plazo sobre los asentamientos en el corazón bíblico de la Tierra Santa. Pero Begin finalmente aceptó desmantelar todo asentamiento en el Sinaí para que éste pudiera ser transferido a Egipto, allanando el camino para la paz.
Sorprendentemente, la postura de Begin enfureció tanto a Carter como a sus propios aliados en la derecha israelí. Aunque Carter estimó insuficiente un acuerdo con Egipto, algunos políticos israelíes vieron la cesión del Sinaí como un riesgo profundo. Para Begin, sin embargo, hubo una distinción clara entre el Sinaí y la Margen Occidental. El primero no era parte de la Tierra Santa, y sacrificarlo por la paz era un riesgo que valía la pena tomar. Pero en su opinión, aceptar que la mayoría de las regiones espiritualmente significativas en la Biblia deberían ser libres de judíos sería un crimen contra la historia judía.
Begin una vez preguntó a Carter por qué, si los judíos eran libres de vivir en ciudades estadounidenses llamadas Shiloh y Bethel, ellos deberían ser excluidos de los sitios originales que llevan sus nombres. Cuando el primer ministro reflexionó ante un miembro más laico de su partido que la Biblia no consideraba al Sinaí parte de la Tierra Santa, recibió una respuesta desconcertada: "¿Qué tiene que ver esto con la Biblia?"
La visión de Begin prevaleció en Camp David. Habría paz con Egipto, y él aceptó trabajar hacia la autonomía palestina, pero no un estado independiente. William Quandt, un miembro del equipo de Carter, informó que Begin era "habilidoso en sus tácticas, claro en sus objetivos, y tenaz al negociar con dos líderes formidables."
Su visión también prevaleció en Israel, donde casi todos ahora ven un estado palestino como una amenaza existencial para el estado judío. Y en gran medida parece haber prevalecido en Estados Unidos, donde líderes del Congreso tales como Mike Johnson y nominados del gabinete como Marco Rubio y Pete Hesgeth hablan abiertamente del rol que tiene su fe cristiana en su amor por Israel y en su preocupación por su futuro.
El Rabino Soloveichik es director del Centro Straus para Pensamiento de Torah y Occidental en la Universidad Yeshiva y rabino de la Congregación Shearith Israel en New York.

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