domingo, 24 de junio de 2012

El último cazador de nazis: Efraim Zuroff: «Aliarse con Irán es un peligro» Es el último ‘cazador de nazis’ privado del mundo.

de Carlos Hugo Morales, el Domingo, 17 de junio de 2012 a la(s) 11:21 http://www.eldeber.com.bo/nota.php?id=120616185436 Es el último ‘cazador de nazis’ privado del mundo. Cuenta cómo atrapó a dos oficiales húngaros que trabajaban para el régimen nacionalsocialista y estuvieron implicados en la matanza de cientos de judíos y gitanos. Alerta que Bolivia retrocedió en la lucha contra el antisemitismo en el mundo Carlos Morales Peña Efraim Zuroff es el último cazador privado de nazis y uno de los hombres clave en la lucha contra los vestigios del régimen nacionalsocialista alemán. En esta entrevista exclusiva con EL DEBER, el actual director del Centro Simon Wiesenthal en Israel relata cómo hizo para atrapar a Istvan Bujdoso, un jefe de la Gendarmería húngara que se encargó de enviar a miles de judíos al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau (Polonia). También advierte que Bolivia retrocedió en la lucha contra el antisemitismo tras la decisión del Gobierno del presidente Evo Morales de romper relaciones con Israel y establecer una alianza estratégica con el líder iraní Mahmud Ahmadineyad. Destacó los riesgos que conlleva la relación con Teherán. - ¿Usted es el último cazador de nazis? - Soy el último cazador privado de nazis del mundo. Hay otra gente que trabaja para ciertos gobiernos que hacen la misma tarea que yo, pero para un organismo público. Nosotros no trabajamos para ningún gobierno. Es importante señalar que solo los gobiernos pueden llevar a las personas ante la justicia, nosotros solo colaboramos. - ¿Cómo lleva a cabo su trabajo? - Soy un tercio detective, un tercio historiador y un tercio un buscador de aliados políticos. Es decir, tengo que encontrar a los nazis, tengo que buscar la evidencia que los incrimina y luego tengo que buscar el compromiso de los gobiernos para juzgarlos en los países donde fueron cometidos los crímenes. En muchos casos tengo que hacer denuncias fuertes porque algunos gobiernos no quieren cooperar con nosotros y no quieren procesar a los involucrados. - Qué tarea difícil que tiene en sus manos… - Muy difícil y muchas veces muy frustrante. Además, complicada tarea porque muchos de los nazis ya han fallecido o están muy viejos porque han pasado muchos años después del final de la II Guerra Mundial. Obviamente, cuando una persona está muerta ya no podemos hacer nada y si está muy viejo, va a depender de cómo está de salud. Cuando se encuentra a una persona involucrada con el régimen nazi, no hay que pensar en ella como si estuviéramos únicamente ante un anciano, sino como aquella persona que cuando era joven y fuerte fue responsable de la muerte de miles de personas inocentes. Eso es lo que hay que tener en mente. - ¿Cómo hicieron para cazar al último criminal de guerra que tiene en sus registros? - Ocurrió en septiembre de 2006 en Budapest (Hungría). Su nombre es Sándor Képíró, fue un oficial de la gendarmería que, en enero de 1942, estuvo involucrado en la muerte de 3.000 personas durante una incursión militar en Novi Sad, una ciudad al norte de Serbia, que estuvo bajo control alemán durante la ocupación húngara. Allí asesinaron a cientos de miles de judíos y gitanos. Él fue uno de los que organizaron esta matanza. Especialmente, de la muerte de unos 1.200 judíos en la ciudad de Novi Sad. Ellos entraban en la ciudad y decidían quiénes iban a ser ejecutados. - ¿Y cómo lo atraparon? - Fue una de las historias más asombrosas de mi carrera. Un día me llegó un correo electrónico de una persona que vivía en Escocia. Me cuenta que era escocés y que tenía una novia húngara. Los húngaros que viven en Escocia usualmente se reúnen para compartir sus costumbres. Una persona que participaba de esos encuentros contó un día que se sentía orgulloso de haber llevado a miles de judíos al campo de concentración de Auschwitz. La persona que me escribió me dijo que no podía creer lo que estaba escuchando de este húngaro. El sujeto se hacía llamar Steven Brandon. Lo primero que nos llamó la atención fue que Steven Brandon no era un nombre húngaro. Para hacer la investigación buscamos su verdadero nombre, su dirección y dónde trabajaba. El joven que nos ayudó averiguó que su verdadero nombre era Istvan Bujdoso. Luego descubrimos que era un oficial de la gendarmería y que estuvo envuelto en el envío de miles de judíos a Auschwitz. Lo difícil era encontrar testigos que pudieran incriminarlo, porque no sabíamos en qué lugar había cometido los crímenes. Luego, el periodista escocés Michael Tierney, del diario Glasgow Herald, vino a Israel y le pedimos ayuda para cazarlo. Le pedimos que lo llamara en Escocia para hacer un reportaje sobre húngaros en Escocia y que fuera a su casa para preguntarle dónde había trabajado en la década de los años 40. Tierney fue a la casa de Bujdoso. Al día siguiente me llamó con buenas noticias. Bujdoso estuvo en la ciudad de Miskolc. En su casa, vio fotos de un oficial nazi y Bujdoso le reveló que era Sándor Képíró, un alto oficial del régimen. Por lo que dimos con dos jefes nazis en una sola operación. Le seguimos las huellas en Hungría y lo encontramos. - ¿Lo pudieron procesar? - Llevamos a Sándor Képíró ante la justicia, pero murió durante el proceso en septiembre de 2011. Antes, me inició un juicio por calumnias e injurias, por haberlo expuesto como un ex jefe nazi. Fuimos al juicio y allí revelé quién era Képíró y los terribles crímenes que había cometido. Képíró murió en impunidad, lo cual fue muy frustrante para mí, pero el mundo pudo saber qué había hecho. - ¿Qué países son más proclives a no cooperar en la búsqueda de nazis? - Ningún país va a reconocer que protege a los nazis. Pero encuentran medios para no procesarlos. Nosotros publicamos un reporte anual donde denunciamos qué países cooperan más con esta búsqueda. - ¿Cuál es la situación de los países sudamericanos y en particular de Bolivia? En los años 80 se extraditó a Klaus Barbie, el carnicero de Lyon… - El Gobierno boliviano nunca ha respondido a nuestros cuestionarios. Cada año enviamos las preguntas a países clave, incluyendo a la mayoría de los sudamericanos. Con el Gobierno de Evo Morales, incluso, hay un retroceso, él ha roto relaciones diplomáticas con Israel. La situación es aún peor. El caso de Barbie, por supuesto, fue un hito, pero desde entonces no hubo progresos. Bolivia tuvo algunos nazis en su territorio, pero no tantos, en comparación, como Brasil, Paraguay, Argentina o Chile. En este momento, no tenemos ningún caso abierto. En 2008, recibimos buena cooperación de las autoridades argentinas y chilenas. Íbamos detrás de Albert Hein, pero no pudimos hallarlo y ahora resulta que pudo haber muerto en Egipto hace muchos años. - ¿Qué piensa de la alianza establecida por el Gobierno de Morales con el iraní Mahmud Ahmadineyad? - Creo que es un absoluto desastre para los bolivianos, porque el régimen iraní está encabezado por fanáticos religiosos. Son extremistas cuyo objetivo es convertir a cada persona en un musulmán. Por lo que cualquier ayuda o actividad que realicen en Bolivia o Venezuela es una excusa para tomar control de sus recursos. Quizás hay un desconocimiento del conflicto en Oriente Medio. Los líderes de izquierda que acuerdan alianzas con Ahmadineyad olvidan que Irán está involucrado en los atentados terroristas ocurridos en Argentina en marzo de 1992 (Embajada de Israel) y julio de 1994 (AMIA). Allí murieron decenas de personas, entre ellas seis ciudadanos bolivianos. - Ustedes buscan a los ex jefes nazis, pero ¿qué piensan de los nuevos grupos y partidos pro nazis que han surgido en Europa? - Nuestra organización también combate las nuevas formas del nazismo y el fascismo en el mundo. Pero mi trabajo está centrado en los viejos nazis cuyos crímenes están impunes. Estamos trabajando duro contra el antisemitismo. - ¿Qué es Operación Última Chance? - Comenzamos con esa iniciativa en 2002. Hemos reportado los nombres de 625 sospechosos de estar vinculados con el nazismo en más de 30 países. De estos, hay nueve casos firmes de estar ante un criminal de guerra. He dedicado toda mi vida para estudiar el Holocausto judío y sus consecuencias para la sociedad contemporánea. Empecé cuando era muy joven y no comprendía cómo pudo haber sucedido un hecho tan trágico para la humanidad. Creo que hay muchas lecciones que aprender, no solo para los judíos, sino para todas las religiones y para todas las personas sobre las consecuencias del autoritarismo, el antisemitismo, el racismo y la xenofobia. - ¿Cuáles son las nuevas formas del racismo y la intolerancia en este contexto de la globalización? - En primer lugar, vemos el surgimiento de nuevos movimientos derechistas, fascistas y ultranacionalistas en medio de la globalización. La gente teme perder su identidad y este es un problema muy serio. Si a esto le añadimos los problemas económicos y la recesión, esto crea un terreno muy fértil para la emergencia del extremismo. Lo vemos esto en Europa. Tanto desde la derecha como desde la izquierda. En Grecia, por ejemplo. La extrema izquierda tiene el 15% y la extrema derecha un 7%. Esto es casi un cuarto de los votos. Esto es muy serio y lo vemos con mucha preocupación. La única salida para este fenómeno es la educación para la libertad y la tolerancia. - ¿Usted observa intolerancia también en Israel teniendo en cuenta lo que es el conflicto palestino, cuyo pueblo demanda su derecho a tener un Estado soberano? - En cada sociedad hay reductos de intolerancia. El problema, sin embargo, en Oriente Medio es que los palestinos y otros árabes se niegan a reconocer la legitimidad de un Estado judío en lo que consideran parte de los territorios de expansión islámica. Ellos piensan que esa área debe estar bajo control islámico. Los israelíes llevaron el conflicto hacia un problema por el territorio, que puede ser resuelto. El lío es que muchos sectores árabes consideran esto como un problema religioso y se niegan a reconocer la legitimidad del Estado de Israel. Creo que la demanda de los palestinos de contar con un Estado es entendible, el problema es dónde debe estar ese Estado y bajo qué condiciones. Quizás debería ser una federación con Jordania, donde la mayoría de la gente es palestina. Todo es posible. Mientras sea una pelea por territorio creo que se puede llegar a un acuerdo entre israelíes y palestinos, pero si se va a un pelea religiosa, nunca habrá un acuerdo. Esa es la diferencia. El último cazador de nazisEfraim Zuroff nació el 5 de agosto de 1948 en Nueva York (Estados Unidos). Actualmente vive en Israel, donde trabaja como historiador. Ha jugado un rol clave en la captura de nazis para que sean procesados por crímenes de guerra en los últimos 40 años. Es el director de la oficina del Centro Simon Wiesenthal en Jerusalén y coordinador las investigaciones globales sobre crímenes del régimen nazi. Desde 2001, impulsa el registro Status Report (http://www.operationlastchance.org) sobre el procesamiento de nazis en el mundo que incluye a los criminales nazis “más buscados” del mundo. Es autor libro Operación Última Chance: La búsqueda de un hombre para llevar a criminales nazis ante la justicia (Palgrave Macmillan, 2009). Fue candidato al Premio Nobel de la Paz.