**Ataque A
La Inocencia**
¡ Huye, corre ¡
Que tus pies no toquen la tierra; huye a las
tierras del no volver, corre como
si tu pasado quisiera alcanzarte para
castigarte. Piérdete en las noches de los
tiempos, en la oscuridad del olvido, en el
arrepentimiento sin perdón, en el
castigo eterno.
No menciones mi nombre, el nombre de tu padre,
ni a tu madre, que nada
quiere saber de ti. Lloraremos en la
intimidad, hasta que a nuestros ojos se
les termine las lágrimas, o nuestras fuerzas
queden agotadas por tanto dolor.
Pedimos que el Señor se apiade de nosotros y
nos perdone por renunciar a vos;
nada de ti queremos saber, dudamos que seas
nuestro hijo, que nuestro amor
pueda haber engendrado un ser como tu;
soberbio y desalmado, que como un
milagro, vive sin corazón.
Te has abusado de una niña virgen de amor y
virgen de corazón; con tus lindas
palabras la has convencido y la has tomado,
como una fiera depredadora, que
busca comida para poder existir.
No intentes pedir perdón, nadie hay para
perdonarte; la niña al verte partir, ella
con la cara bañada en lágrimas y tu con una
sonrisa, en tus labios y los ojos
llenos de satisfacción, tomó la determinación
de terminar con su vida, en pago
de su honor.
La llevaron al campo santo, en una carroza
blanca y féretro del mismo color:
¡ La niña murió virgen de amor !
Mario Beer-Sheva
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