**Señora** Señora, disculpe que la moleste, ocurre que
no soy de éste barrio, pero estoy enterado, que por aquí vive Pompeya. No señora ,ella no me conoce, pero yo quiero
hacerla mía. Le agradeceré si me informa donde vive, por favor. Quiero declararle mi amor y ofrecerme como
siervo y fiel seguidor... Es fácil reconocerla, es hermosa, con una
mirada profunda, y una sonrisa que invita al amor, sus labios, una tentación,
su voz, todo un concierto. Ella dice que es necesario que alguien nos presente,
para iniciar una conversación. Le ruego, le imploro, señora, si usted puede
hacer algo, hágalo por favor. Unos minutos más, le pido señora, comprendo
que la he distraído de su trabajo habitual, pero créame que no puedo vivir sin
Pompeya, sin ella mi vida no tiene razón. Sospecho, señora, que usted algo
puede hacer, para bien de mi ser... ! Aquí estoy, señora, hincado a sus
pies ! Y así me quedaré, como si fuera una promesa, hasta tanto Pompeya me dé el sí, a
la amistad y después al amor… ! Pompeya ! ! Pompeya ! ! Corre hija mía ! !
Aquí a mis pies, está el hombre que tanto has rogado. ! Tus sueños se han
cumplido, ve pronto por él. Mario Beer-Sheva |
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