La sinagoga de la “fiebre del oro” que fue de la Iglesia y ahora volvió a la comunidad judía
La sinagoga de Helena, en el estado norteamericano de Montana, había sido levantada en plena “fiebre del oro”. Luego, la historia la llevó a ser vendida a las autoridades locales por un dólar y, en estos días, después de varias décadas, recuperada finalmente por la comunidad judía
Según confirmaron los medios periodísticos de la zona, la organización sin fines de lucro Montana Jewish Project (MJP) “cerró un trato” el jueves de la semana pasada “para readquirir la primera sinagoga del estado, construida en 1891, devolviéndola a propiedad judía por primera vez en 87 años”.
El MJP “compró la sinagoga de Helena”, la capital estadual, “por un monto no revelado a la diócesis Católica Romana” tras “un esfuerzo de recaudación de fondos de nueve meses para convertir el espacio en un centro comunitario judío”, precisaron los reportes.
Ahora, el edificio volverá a llamarse templo Emanu-El, como se conocía a fines del siglo XIX entre los residentes judíos que se habían establecido en la región en medio de la “fiebre del oro”.
“No puedo pensar en algo mejor que haya hecho desde que soy obispo desde hace casi tres años que poder firmar hoy el acuerdo para devolver la sinagoga a la comunidad judía”, dijo Austin Vetter, el prelado al frente de la diócesis de Helena.
El proceso de recolección de fondos para la recuperación de la sinagoga contó con un “apoyo local, internacional e interreligioso innegable”, señaló la emisora local KTVH.
De hecho, varias empresas y organizaciones de distintas religiones “ayudaron a hacer realidad esta transferencia de propiedad”, añadió.
La revista judía estadounidense Jewish Exponent apuntó que, al menos por ahora, el MPJ “no planea contratar a un rabino ni construir una congregación”.
«“No puedo pensar en algo mejor que haya hecho desde que soy obispo” que “devolver la sinagoga a la comunidad judía”»
En cambio ofrecerá celebraciones para las fiestas religiosas más importantes y “otros eventos comunitarios para los aproximadamente 100 judíos que estima que viven en la capital del estado” de Montana.
Rebecca Stanfel, la presidenta del grupo, dijo que la comunidad Emanu-El “fomentará un sentido de comunidad más grande para todos los judíos de Montana” y contratará un director itinerante para supervisar programas educativos y los eventos culturales.
“Estamos ansiosos por cumplir nuestra misión: crear un centro estadual para la vida judía, mejorar los lazos interreligiosos, combatir el antisemitismo y hacer realidad el valor judío de tikún olam” (“reparar el mundo”), dijo por su parte Julie Bir, miembro de la junta del MPJ.
Montana, señaló el informe de Jewish Exponent, es el hogar de unos 1.500 judíos, de una población total de poco más de 1 millón de personas en todo el estado.
“Si bien hay un miembro judío de la legislatura estatal, un puñado de congregaciones reformistas esparcidas por todo el estado y emisarios de Jabad”, Montana, agregó, “carece de parte de la infraestructura judía presente en otras comunidades más grandes” del país.
El obispo Vetter, por su lado, aseguró que fue “un placer trabajar” con el MPJ, y remarcó que “es vital para todos nosotros que las personas de fe se centren en el bien que podemos hacer juntos en lugar de nuestras diferencias”.
«El edificio albergará ahora celebraciones para las fiestas judías y programas culturales y educativos»
El templo había sido la primera sinagoga construida entre Minnesota y Oregon, con la misión fue celebrar los servicios religiosos para los cientos de judíos que habían llegado a Helena en la época de la “fiebre del oro”.
De hecho, la propia ciudad fue fundada en 1864 por un grupo de mineros que descubrió oro en un yacimiento conocido como “La barranca de la última oportunidad”.
Cuando arrancó la construcción del templo Emanu-El, en 1890, se trató de un suceso tan importante que la piedra angular fue colocada por el entonces gobernador de Montana, Joseph Toole.
Sin embargo, poco tiempo después, el oro empezó a escasear y la población de Helena a disminuir, entre ellos los miembros de la comunidad judía, que vendió el edificio al estado de Montana por apenas un dólar en los años ’30 del siglo pasado.
Las autoridades estaduales reciclaron el edificio, le agregaron un segundo piso y lo convirtieron en un espacio de oficinas que, con el tiempo, la ciudad dejó de utilizar.
Finalmente, lo que había sido el templo judío de Helena, la sinagoga de la “fiebre de oro”, pasó a manos de la diócesis católica de la ciudad, que lo usaba para tareas administrativas, hasta la semana pasada, cuando el edificio fue readquirido por la comunidad judía.
Israel Económico, agosto 2022
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