Buen día para todos
A fines de la década de 1950,
la gente todavía se encontraba recuperándose de las secuelas de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra de Independencia en Israel.
El Hospital Hadassah Ein Kerem estaba en construcción.
Miriam Freund, presidenta nacional de Hadassah en ese momento, viajó a Francia junto con otras mujeres de la institución para hacerle la petición al gran artista Marc Chagall de que hiciera una obra para el hospital en construcción.
Para su sorpresa y júbilo, no solo aceptó, sino que se ofreció a producir una serie completa de obras de arte, si le daban carta blanca para el estilo y el tema.
El resultado final fueron 12 magníficos vitrales que deslumbran a la vista en lo que hoy es la Sinagoga Abbell en Hadassah Ein Kerem.
Estos vitrales constituyeron la oportunidad de Chagall para retribuir a su pueblo una fuente de esperanza y luz, iluminando el camino que lleva al pueblo judío de los tiempos difíciles a un futuro más brillante.
Las ventanas se adhieren a su paleta de colores habitual de azules vivos, rojos, verdes y amarillos y son objeto de motivos bíblicos abstractos, y cada ventana representa una de las doce tribus de Israel del Génesis.
Un regalo de esperanza que permanecerá para que las generaciones futuras lo vean.
Hospital Hadassah Ein Keren, Jerusalem, Israel, 1960.
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