lunes, 6 de enero de 2025

DE THE ATLANTIC (APRENDIENDO DE ISRAEL)

 EL ANTIDOTO MAS EFICAZ CONTRA LOS ATAQUES DEL ISIS

traducida por Marcela Lubczanski
Por Graeme Wood
Enero 1, 2024

El hombre que asesinó a al menos 15 personas con su camión en a Calle Bourbon, en New Orleans, estuvo agitando la bandera negra del Estado Islámico desde su camión, de acuerdo con el FBI. La policía tiroteó a Shamsud-Din Bahar Jabbar, de 42 años de edad, muerto en la escena. Hasta ahora poco más se sabe sobre el sospechoso, pero dado que las banderas del ISIS no son una opción normal sobre un Ford F-150, es razonable presumir que el conductor—un veterano del ejército de EE.UU.—cometió asesinato en masa como un homenaje al Estado Islámico.
El presidente electo Donald Trump lamentó como se sabe que México no estuviera "enviando lo mejor" a Estados Unidos. Después del desprecio al asesino de New Orleans, y la tristeza por los muertos y 35 heridos, mi reacción ante este ataque es de alivio que durante la década pasada el Estado Islámico ha estado enviando a sus mejores, y sus mejores siguen siendo incompetentes enfermizos cuyas conspiraciones más ingeniosas involucran manejar camiones hacia las multitudes. Se dijo que Jabbar había traído explosivos, y había incendiado su Airbnb, pero o sus bombas no funcionaron o él no vivió lo suficiente para explotarlas. En el 2014, el Estado Islámico veía su serie de victorias tempranas como una señal que Dios lo favorecía. Ahora yo me pregunto si ha advertido que Dios aparentemente ha limitado los coeficientes intelectuales de sus agentes, y ha captado la indirecta sobre lo que eso podría decir sobre su favor divino contínuo.
En el 2014, el portavoz del grupo, Abu Muhammad al-Adnani, inició su campaña de terror en Europa instando a sus seguidores a improvisar armas. “Si no pueden encontrar un dispositivo explosivo improvisado o una bala," dijo él, “aplasten la cabeza del estadounidense o europeo con una piedra, o masácrenlo con un cuchillo, o atropéllenlo con su coche.” Siguieron algunos ataques horrorosos, incluido una embestida con un camión en el 2016 que mató a 86 personas. Pero consideren el número de partidarios del Estado Islámico de origen europeo—probablemente decenas de miles—y la fácil disponibilidad de piedras, cuchillos y coches. Pocos han aceptado la oferta de Adnani, y esos han tendido a ser torpes como cerdos (si los yihadistas perdonan la expresión).
No siempre soy tan optimista. Cada ataque exitoso es trágico. Las conspiraciones por parte de personas pacientes, metódicas, y capaces ocurren de vez en cuando, y cuando son interrumpidas en sus etapas tempranas, los detalles son recordatorios sobrios de lo que pudo suceder. De hecho, apenas esta semana, el FBI detalló lo que describió como el lote de explosivos caseros más grande que haya descubierto jamás, en manos de un hombre de 36 años en Smithfield, Virginia. Esas manos habían sido destrozadas supuestamente por una bomba casera hace algunos años (“faltaban varios dedos”), y un vecino alertó a las autoridades que el sospechoso estaba "acumulando armas y municiones caseras." Es difícil exagerar sobre cuanto armamento uno debe almacenar antes que los virginianos comiencen a preguntarse si las reservas podrían ser un poco excesivo y merecer la atención de la Oficina de Alcohol, Tabaco, y Armas de Fuego (todos los cuales tienen estátus casi sacramental en las partes rurales de la comunidad de estados). El sospechoso no es un partidario del ISIS, pero según se informa, muestra señales de otras visiones extremistas dudosas. Los fiscales dijeron que encontraron un bolso de bombas tubo, y el bolso tenía un parche de #NIngunaVidaImporta. El sospechoso fue liberado el lunes bajo custodia de su madre.
El escenario de pesadilla es, y siempre ha sido, la combinación de la motivación violenta con la paciencia y planificación que permitirían que la motivación encuentre expresión maximalísticamente letal. Los idiotas también pueden matar, y los asesinatos perpetrados por ellos son tan devastadores como cualquier otro. El asesinato masivo temprano esta mañana, mucho después que el Estado Islámico perdiera su territorio y dejara de ser una fuente de terror diario, muestra que esa amenaza es limitada en magnitud, pero eterna no obstante. El Senador Josh Hawley, un republicano de Missouri, llamó a una audiencia por el ataque y acusó que “la administración Biden ha hecho menos seguros [a los estadounidenses],” a través de negligencia no especificada. Pero ninguna información pública hasta ahora sugiere que las autoridades podrían haber impedido que el asesino alquile un camión y lo maneje hacia una multitud. El antídoto más eficaz para ataques como este es probablemente hacer sólo lo que hizo Estados Unidos tarde durante el segundo mandato de Barack Obama y durante el primero de Trump: desmantelar al Estado Islámico y relegarlo a la oscuridad, donde tiene menos poder para inspirar a personas al azar a actuar en su nombre. Esa estrategia tiene el efecto agregado de contrarrestar ataques más sofisticados, dejando a los atacantes con menos guaridas y refugios desde los cuales prepararlos.
No hay una ley de la naturaleza que diga que los terroristas deben siempre ser malos en terrorismo. Muchos terroristas y asesinos en masa han conspirado muy eficazmente, y aumentaron la cuenta de cuerpos para probarlo. Ahora mismo, las autoridades están investigando si el asesino de New Orleans tuvo cómplices. Si tuvo ayuda, entonces sus cómplices fueron igualmente incompetentes. La respuesta correcta, en el largo plazo, es prepararse para el día en que se crucen la competencia y el fervor. Piadosamente, ese día no fue hoy.
En el plazo más corto, concuerdo con mi colega Juliette Kayyem: La respuesta correcta a este crimen es proseguir con la vida, jugar fútbol americano, y dejar que New Orleans comience a sanarse. Ninguna ciudad estadounidense se siente tan viva como New Orleans, tan incapaz de ser disuadida de seguir de fiesta. La ciudad tienen sus poetas de cosecha propia, pero soy parcial ante las líneas del inglés Philip Larkin sobre New Orleans: “En mí cae tu voz cuando dicen que el amor debería/ Como un enorme sí...el ruido natural del bien,/ Esparcir pena de larga melena y lástima ganada."

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