DEL WSJ

 POLONIA, NETANYAHU Y EL HOLOCAUSTO

Después de un paso en falso, Varsovia promete no arrestar a los líderes del estado judío.

Por Ruth R. Wisse

Enero 24, 2025

traducida por Marcela Lubczanski

El viceministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Wladyslaw Bartowzewski, hizo un flaco favor a sus compatriotas el mes pasado cuando anunció que Benjamin Netanyahu enfrentaría el arresto si asistía a las ceremonias del 27 de enero conmemorando el 80º aniversario de la liberación de Auschwitz. El dijo que la pertenencia a la Corte Penal Internacional obligaba a Polonia a respetar sus órdenes de arresto del primer ministro y ministro de defensa de Israel. 

Casi de inmediato, el Primer Ministro Donald Tusk y el Presidente Andrzej Duda intervinieron para garantizar que no habría ningún arresto. El gobierno polaco declaró que garantizar la participación a salvo de los líderes israelíes era "parte de mostrar respeto por la nación judía, cuyos millones de hijas e hijos se convirtieron en víctimas del Holocausto llevado a cabo por el Tercer Reich." Esta decisión revisada refleja menos sobre la asistencia de Israel que sobre qué nación elije ser Polonia.

La presencia del notorio campo de la muerte de Auschwitz en Polonia testifica, irónicamente, las fuertes tradiciones liberales del país, que habían hecho que los judíos fueran más bienvenidos allí que en los países europeos que los empujaban hacia el este. Los reyes y nobles polacos habían alentado periódicamente a los judíos a establecerse y a ser útiles mientras seguían el estilo de vida de su Torah. La nación alimentó uno de los centros judíos más fuertes en la historia de la diáspora, y como una de sus descendientes, yo honro al país cuyos monumentos y cementerios judíos prueban un historial de tolerancia relativa y coexistencia creativa. 

Cuando la Alemania nazi se embarcó en su Solución Final, construyó sus campos de la muerte en Treblinka, Majdanek, Belzec y Sobibor, porque como los ladrones de bancos que van donde está el dinero, los asesinos se dirigieron adonde los judíos ya estaban concentrados y podían ser destruidos de forma más eficiente. De los 3,474,000 judíos de Polonia en 1939, quedaron 210,000 después de la guerra. Más de un millón de judíos fueron asesinados en Auschwitz, como lo fueron un estimado de 70,000 polacos étnicos.

Pero los aniversarios reviven inevitablemente el pasado. ¿La Polonia del tiempo de la guerra fue la tierra de los resistentes heroicos como los pilotos que volaron para Gran Bretaña y los "gentiles justos" que arriesgaron sus vidas para rescatar judíos? ¿Fue simbólico que el primer papa polaco, Juan Pablo II, fuera el primero en reconocer al estado de Israel?

¿O Polonia es donde los residentes de Jedwabne prendieron fuego a sus vecinos judíos debido a que los nazis "los obligaron" a hacerlo? ¿Cuán típico fue el pogrom de 1948 en Kielce que atacó salvajemente a los judíos que trataban de regresar a sus hogares?

Mucho ha cambiado desde la Segunda Guerra Mundial. Polonia es ahora independiente, y los judíos que reclamaron su soberanía en Israel pueden defenderse contra el terror. Pero si bien Polonia está libre del control soviético que siguió a la conquista nazi, los judíos son violados en la patria que recuperaron después que había estado bajo ocupación extranjera durante dos milenios.

La guerra árabe contra Israel que comenzó con su fundación ha hecho metástasis dentro de un consorcio político-ideológico anti-sionista que domina a la ONU, sus agencias constitutivas y organizaciones afiliadas como la muy adecuadamente llamada Corte Penal Internacional.

Al negarse a reasentar y absorber a sus correligionarios, como hizo Israel con tres cuartos de los 800,000 refugiados judíos de tierras árabes, los líderes árabes y musulmanes proyectan a los palestinos "sin hogar" como reclamadores perpetuos del estado judío y la justificación para la guerra santa perpetua. Hamas diseñó y llevó a cabo esta inversión del agresor como víctima. Los sádicos ataques del 7 de octubre del 2023, nunca estuvieron destinados a derrotar a Israel militarmente sino para obligarla a invadir la Franja de Gaza de la cual se retiró en el 2005 para evitar tener que gobernar sobre sus habitantes árabes. Los gazatíes colocaron bombas en sus instituciones civiles. La Corte Internacional concedió a Hamas la victoria que buscaba cuando culpó a Israel por los "crímenes contra la humanidad" que los mismos palestinos habían orquestado.

Esta guerra contra los judíos no es como la última. Si bien el ataque racial del nazismo contra presuntos inferiores nunca pudo reclamar la superioridad moral, la inversión que define al Sionismo como racismo moviliza mundialmente coaliciones en instituciones que apoyan la yihad como justicia anti-colonial. Los historiadores del Holocausto hablan de perpetradores, víctimas y observadores, pero la guerra institucionalizada contra Israel no permite espectadores. El desafío de Polonia importa.

Aunque el impulso inicial de decir "fuimos obligados a hacerlo" repitió a los que una vez se confabularon con los ocupantes nazis y soviéticos, la marcha atrás de Polonia inspira confianza en su actual libertad y democracia. La nación no puede borrar a los judíos de su pasado, ni los judíos pueden borrar a Polonia del suyo. El Museo Polin de la Historia de los Judíos Polacos en Varsovia es sincero y bello. Los investigadores locales jóvenes estudian las partes que faltan de sus pueblos y ciudades para conocer mejor su propia historia.

Ahora se desata una guerra ampliada contra los judíos y la civilización que ellos representan, y Polonia, como custodio de Auschwitz, ha elegido apoyarlos en lugar de estar contra ellos. Sea quien sea que represente al estado judío en las ceremonias, Polonia habrá permanecido fiel a su lema, za wolność naszą i waszą—“por nuestra libertad y la de ustedes."

La Sra. Wisse es miembro principal de Tikvah y autora de la biografía “Libre Como Judía."

Entrada principal al campo de la muerte de Auschwitz.. Foto: Beata Zawrzel/Zuma Pres