lunes, 11 de mayo de 2015

La Argentina y la captura del ex jerarca nazi Eichmann
Un 11 de mayo de 1960, un avión de El Al aterrizó en nuestro país con el objetivo de llevarse en forma ilegal a Adolf Eichmann. Álvaro Abós, autor de “Eichmann en la Argentina”, habló en Radio Jai sobre este tema tras cumplirse un nuevo aniversario de la captura del ex jerarca nazi en nuestro país.

Álvaro Abós

“En 1950 Eichmann, organizador de la persecución y exterminio de millones de judíos, llegó a la Argentina con la identidad de Richard Clement. Estuvo 2 años en Tucumán y en el 52 se fue a Buenos Aires y vivió en suburbios de San Fernando. Fue mecánico en Mercedes Benz”, comentó el prestigioso escritor.

“El nombre de Eichmann no fue muy reconocido, pero sin embargo muchas personas sabían su papel fundamental.

Entre ellos Simon Wiesenthal se dedicó a la persecución y captura de dirigentes Nazis.

Poco a poco fueron llegando indicios de que Eichmann se escondía en la Argentina y se sucedieron hechos de carácter novelescos que dieron con su paradero”.

Abós aseguró que “Israel y Alemania intentaron lograr la extradición de jerarcas nazis y en Argentina se prohibió por una decisión de la Corte Suprema.

Por lo tanto, Ben Gurión y su gobierno, junto a Wiesenthal, supieron que la única manera de hacerle un juicio para dar a conocer su accionar, era llevarlo a Israel, a como de lugar”.

Esta situación, en la que por primera y única vez un avión de bandera israelí aterrizó en suelo argentino, se dio por “un grupo de voluntarios e integrantes del Mossad que dieron con la identidad y un día como hoy lo detuvieron y se lo llevaron ilegalmente a Israel. Fue un acto en contra de la soberanía Argentina y el gobierno de Frondizi protestó”.

Con respecto a esto, fue también concreto al reconocer que “se le hizo un juicio en Jerusalem, se dio a conocer todo lo que hizo y fue condenado a la horca.

Ese juicio es un precedente legal universal de la defensa de los derechos humanos. A partir de ese juicio, actos que cometieron otros dictadores y genocidas, son considerados delitos de lesa humanidad”.

La elección de Buenos Aires como escondite fue arbitraria, pero no la de Sudamérica, porque Eichmann, que estaba escondido en Alemania, creyó que “aquí se podía escapar, en un suburbio de una gran ciudad, pudo haber sido San Pablo, o cualquier otra” confirmaba Abós, tras conocerse que los “cazadores de nazis” lo estaban cercando en Alemania y se le acercaban cada vez más.

Por último, hizo referencia a la relación del ex presidente Perón con los nazis:

“Mucha gente acusa directamente a Perón de ser cómplice de los nazis. Yo respeto todas las opiniones pero creo que no, que Perón quería aprovecharse, al igual que los Estados Unidos, de la situación de la Alemania débil y absorber a todos los profesionales, sin saber ni importarle si eran nazis o no”.

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