jueves, 1 de marzo de 2018

La legitimidad de Jerusalem como Capital de Israel

jerusalenantiguaLa legitimidad de Jerusalem como Capital de Israel
Los derechos de Israel sobre Jerusalem se sustentan en más de 3000 años de historia
Alrededor del año 1004 a.e.c. el rey David de Israel y de Judá conquistó Jerusalén a los jebuseos y la convirtió en capital de su reino unificado.
El Primer Templo de Jerusalén fue construido por el rey Salomón alrededor del año 960 a.e.c. y estuvo ubicado donde hoy se encuentran el Muro de los Lamentos, la Cúpula de la Roca y la mezquita de Al-Aqsa.
A través de la historia de Jerusalem hubo extensos períodos de dominación foránea donde los judíos fueron sometidos, humillados, masacrados y exilados por sucesivos e implacables invasores: los romanos desde el 70 a.e.c. hasta el 324 d.e.c., los bizantinos desde el 324 hasta el 614 d.e.c., los persas desde el 614 hasta el 640 d.e.c., los árabes musulmanes desde el 640 hasta el 1099 d.e.c., los cruzados cristianos desde el 1099 hasta el 1291 d.e.c., los mamelucos desde 1291 hasta el 1516 d.e.c. y los turcos otomanos desde el 1516 hasta el 1918 d.e.c. pero a pesar de todo esto siempre existió una permanente presencia judía en Jerusalem.
Jerusalem ha sido el centro de la espiritualidad judía durante más de tres mil años con numerosísimos y trascendentes eventos bíblicos como el Sacrificio de Isaac y La escalera de Jacob. "Jerusalem", o "Sión" es mencionada más de 800 veces en el Tanaj (Conjunto de los 39 libros de la Biblia hebrea)
Desde épocas inmemoriales los judíos se vuelven hacia Jerusalem tres veces al día para orar. En la bendición de agradecimiento luego de las comidas (Birkat Hamazón) y las siete bendiciones de las bodas judías (Sheva Brajot) se mencionan a su ancestral capital. En Iom Kipur los judíos de todo el mundo exclaman: ¡El año próximo en Jerusalem! (¡L'Shana Haba'ah B'Yerushalayim!)
En su prolongado exilio los judíos siempre prefirieron vivir en Jerusalem, desde el año 1840 han constituido la comunidad más importante de la ciudad y desde 1860 lograron constituirse como una persistente mayoría.
A partir de la reunificación de la ciudad en 1967, en Israel siempre existió un amplio consenso político de todos los gobiernos de considerar a Jerusalem como la eterna e indivisa Capital de Israel, garantizando el libre acceso a los lugares sagrados y la libertad de culto a los miembros de todas las religiones.
A través de la historia, Jerusalem ha sido capital nacional únicamente durante los reinos bíblicos de Israel y Judea antes de la destrucción de los dos templos y la capital del actual Estado de Israel desde 1948. Ninguna otra nación que haya conquistado la región, fuera de Israel, convirtió a Jerusalem en una ciudad capital. Por ejemplo Damasco fue la sede de gobierno de los árabes musulmanes y Constantinopla fue la capital del imperio turco otomano.
En 1949, el primer ministro de Israel, David Ben-Gurión proclamó a Jerusalén capital del Estado de Israel instalando allí los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, la residencia del presidente y del primer ministro, la Knésset (parlamento) y la Corte Suprema.
En 1980, Israel proclamó a Jerusalem como su "eterna e indivisible capital" con la Ley de Jerusalén.
En ese mismo 1980, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la Resolución 478 anulando la Ley de Jerusalén y solicitando a sus estados miembros que ubiquen a sus embajadas en Tel Aviv.
A fines de 2017, el presidente de los EE.UU. Donald Trump reconoció oficialmente a Jerusalén como la capital de Israel, convirtiendo a los Estados Unidos en el primer estado del mundo en hacerlo.
Inmediatamente, el 21 de diciembre de 2017 la Asamblea General de las Naciones Unidas, (oponiéndose a la decisión de Donald Trump) aprobó por 128 países a favor, 35 abstenciones y 9 votos en contra la Resolución A/ES-10/L.2297 impidiendo modificar su tradicional statu quo sobre Jerusalén.
Los judíos no arribaron a Jerusalem de ningún planeta lejano, no le robaron la tierra a ningún hipotético pueblo palestino, no son el invento de algunas mentes trasnochadas, no cometieron genocidios, no discriminaron a las personas por ser diferentes, ni practicaron el apartheid y la xenofobia con nadie. Simplemente han retornado luego de 2000 años al mismo territorio de sus antecesores.
Creen en los mismos valores de sus antepasados desde hace miles de años. Recibieron las mismas enseñanzas de Paz y de Justicia de sus profetas de todas las épocas.
Se comunican con el mismo lenguaje hebreo que hablaban sus patriarcas y matriarcas.
Sus mismos corazones siguen latiendo entre los antiguos muros y las estrechas callejuelas de su amada ciudad de Jerusalem.
Se siguen denominando con los mismos nombres de entonces: los hebreos, los judíos, el Pueblo de Israel.
Nosotros los judíos seguimos siendo los mismos aborígenes de antes, de ahora, de siempre y para siempre en nuestra amada, eterna y aborigen Tierra de Israel.
Hoy, los políticos y diplomáticos de buena parte de los países occidentales exigen la islamización de Jerusalén cuando hablan de un Estado palestino con capital en Jerusalén.
¿Existe un plan de islamización de Jerusalén y para erradicar definitivamente la presencia judía?
¿Se está invitando así a la limpieza étnica, a una Jerusalem libre de judíos?
¿A quién pertenece el Monte del Templo?
¿A quién pertenece Jerusalem?
“Si me olvidare de ti, oh Jerusalem, mi diestra sea olvidada. Mi lengua se pegue a mi paladar, si no ensalzare a Jerusalem como preferente asunto de mi alegría.”
Tehilim / Salmos 137: 5
Guido Maisuls
Servicio judío de opinión e investigación periodística
www.identidades.com.ar

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.