viernes, 29 de junio de 2018

Balak(Números 22:2-25:9)


Dinero y honor

Bilam es considerado el estereotipo de una persona con malas cualidades personales. La Mishná en Pirkei Avot lo describe como alguien que tiene áyin raá ‘que se enfoca en las cualidades negativas’, rúaj guevoá ‘arrogancia’ y néfesh rejavá ‘codicia’ (1).
Néfesh rejavá se refiere específicamente al amor de Bilam por el dinero. Los comentaristas aprenden que Bilam era codicioso a partir de su respuesta a los ministros de Balak cuando le pidieron que maldijera al pueblo judío. Ellos dijeron: “…así dijo Balak, hijo de Tzipor: por favor no te rehúses a venir a mí. Te honraré mucho y todo lo que digas haré. Por favor ve y maldice a esta nación por mí”. Bilam contestó y les dijo a los ministros de Balak: “Incluso si Balak me diera su casa llena de plata y oro, no podría transgredir la palabra de Hashem” (2).
En un análisis superficial, vemos la codicia de Bilam en la gran suma de dinero a la que aludió cuando se negó a ir en contra de las palabras de Dios.
Sin embargo, los comentaristas señalan que esto no puede ser cierto, porque hay otro ejemplo de literatura rabínica en donde un verdadero erudito de Torá utilizó una expresión similar a la de Bilam. La Mishná, en Pirkei Avot (3), describe la historia del gran Rabí Iosi ben Kisma, a quien un hombre rico le pidió que abandonara su lugar para vivir en otra ciudad, en la cual no había ningún otro erudito en Torá. El hombre le ofreció una suma inmensa de dinero para persuadirlo, pero Rabí Iosi contestó: “Incluso si me dieras toda la plata, el oro y las piedras preciosas del mundo viviría sólo en un lugar donde hay Torá”. Rabí Iosi mencionó una suma aún mayor que la mencionada por Bilam y, sin embargo, en su respuesta no hay ninguna muestra de codicia. ¿Cuál es la diferencia entre la respuesta de Bilam y la de Rabí Iosi ben Kisma? (4).
En un análisis más profundo, se advierte una importante diferencia entre Bilam y Rabí Iosi ben Kisma. Cuando el hombre intentó persuadir a Rabí Iosi para que permaneciera en su ciudad, le prometió una gran suma de dinero. Rabí Iosi contestó que ninguna suma de dinero lo haría abandonar un lugar de Torá. Era apropiado que Rabí Iosi se refiriera a dinero, porque el hombre ya lo había mencionado antes.
En contraste, los ministros de Balak jamás mencionaron el dinero en su intento para convencer a Bilam de maldecir al pueblo judío. En cambio, dijeron que Balak ofreció “honrarlo profusamente”. Bilam contestó diciendo que, si Dios no lo permitía, ninguna suma de dinero le posibilitaría maldecir al pueblo judío. La mención de dinero que hace Bilam nos muestra dos cosas: primero, que el dinero era algo tan prevalente en su mente que lo mencionó incluso cuando nadie lo había hecho antes y, segundo, en un nivel más profundo, vemos que entendió la idea de ‘honor’ como ‘beneficio financiero’. Para Bilam, honor y dinero eran lo mismo. Esto prueba su amor por el dinero, porque quien no ama el dinero no lo iguala al honor.
Sin embargo, en esta explicación continúa habiendo una dificultad. Hubiéramos pensado que quien ama el dinero no creería que su beneficio principal sea el honor, sino la posibilidad de adquirir bienes materiales. Tener dinero posibilita la satisfacción de los deseos físicos, como una casa bonita, un auto rápido, buena comida y muchas vacaciones. Entonces, ¿por qué igualó Bilam el honor con el dinero?
La respuesta es que el amor por el dinero puede tener dos raíces. Una es el apego a lo físico, en donde el dinero es utilizado para satisfacer deseos materiales. La segunda es el deseo de honor, ya que el dinero puede traerle mucho honor a una persona. Esto significa que todos buscan algún tipo de sentido, siendo el honor una de las formas principales en que un alma hambrienta puede conseguir un poco de satisfacción. En la sociedad occidental actual, tener dinero es, quizás, la mejor forma para conseguir honor.
El problema es que cuando una persona desea dinero para obtener honor, entonces, nunca estará satisfecha, más allá de cuánto dinero consiga. La persona cree que el dinero le trae honor, pero su alma anhela instintivamente honor como una fuente de significado. En consecuencia, tratará de satisfacer su deseo de adquirir más dinero, pero siempre se sentirá insatisfecha. Quizás sea este el tipo de amor por el dinero al que se refirieron los rabinos cuando dijeron que “una persona que tiene 100 mané quiere 200, y cuando tiene 200 mané quiere 400”. Para esta persona, el dinero es su forma de obtener honor, pero como siempre anhela más honor, siempre quiere más dinero para satisfacer su deseo. Para Bilam, el dinero era un vehículo para obtener honor.
Dado que Bilam igualó el dinero con el honor, es claro que su néfesh rejavá (codicia) le hizo tener la peor clase de amor por el dinero, la clase que emana de un deseo de honor. El Slonimer Rebe, en su obra maestra Netivot Shalom, explica lo nocivo que puede ser esto para una persona. En la Mishná mencionada anteriormente, los estudiantes de Bilam son comparados con los de Abraham. Hacia el final de la Mishná, se pregunta cuál es la diferencia entre los dos grupos. La Mishná responde: “Los estudiantes de Abraham comen en el Olam Hazé ‘este mundo’ y heredan el Olam Habá ‘el mundo venidero’ (…) pero los estudiantes de Bilam el malvado heredan el Gueinom y descienden al pozo de destrucción” (5).
¿Qué significa la repetición del lenguaje respecto a los estudiantes de Bilam: “Gueinom” y “pozo de destrucción”? Netivot Shalom explica que “pozo de destrucción” se refiere al Olam Habá, mientras que “Gueinom” se refiere al Olam Hazé. Los estudiantes de Bilam no sólo sufren un gran dolor en el mundo venidero, sino que también en el presente. Les preocupa tanto obtener más posesiones y honor que nunca sienten satisfacción, ¡a tal punto que viven un “Gueinom” en el Olam Hazé!
Esta explicación brinda una enseñanza obvia: la búsqueda implacable de dinero nunca puede brindar satisfacción verdadera. Hace falta una cierta cantidad de dinero para ayudar a la persona a conseguir el objetivo de tener una vida significativa, pero es esencial cuidar que el dinero continúe siendo un ‘medio’ y que no se convierta en un ‘fin’. En cambio, ocupar el tiempo para desarrollar una relación con Dios puede brindar la única fuente de satisfacción que hace que una persona esté realmente satisfecha. 

Notas:
1. Pirkei Avot, 5:22.
2. Balak, 22:16-18.
3. Pirkei Avot, 6:9.
4. Muchos comentaristas explican la razón por la cual la respuesta de Bilam demostró su avaricia. Entre ellos están Mizraji, Maskil LeDavid, Najalat Yaakov, Beer Besadé, Emet LeYaakov y Rav Eliashiv en Dibrei Hagadá. Si bien ellos ofrecen una variedad de explicaciones, en este ensayo se utiliza una diferente. 
5. Pirkei Avot, 5;22.

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