Agencia AJN.- La idea original la pensó el mismísimo Teodoro Herzl en su libro "Altneuland". Más que un subterráneo, el Carmelit es un funicular que viaja dentro de la montaña y cada uno de los vagones arrastra al que viene conectado por detrás. Nunca fue rentable y siempre trajo pérdidas, pe...
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