LAS VERDADERAS ELECCIONES
Muchas veces nos movemos en un campo gris y confuso:
Decimos “no darle importancia” a la mayoría de la gente.
Pero no dejamos de estar “pendientes” de lo que esa misma gente opina de nosotros.
Pero si realmente no valoramos su opinión, ¿por qué nos interesa lo que digan?
Incluso, y en muchas ocasiones, esa misma gente determina nuestro nivel de autoestima.
Ambiguo, ¿no?
Por eso, lo único importante es rodearse de la gente que realmente valoramos –aunque sean muy pocos- y estar dispuestos a escuchar sus opiniones.
Y a cambiar, y a mejorar, a partir de ese diálogo permanente entre esas “pocas” personas realmente importantes y nuestra opinión personal.
El “camino” jamás debe elegirse por la cantidad de personas que lo recorren.
La mayoría no determina ni lo correcto ni lo acertado.
También los rebaños y los ignorantes suelen caminar muy juntos, y en una misma dirección.
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