DEL WSJ

 TRUMP DEBERIA ECHAR A LAS FUERZAS DE LA ONU EN LIBANO

UNIFIL ha permitido durante mucho tiempo la agresión de Hezbola y ahora está obstruyendo los esfuerzos de Israel por defenderse.

Por Eugene Kontorovich

Octubre 15, 2024

traducido por Marcela Lubczanski

Durante el año pasado, Israel se ha encontrado en la posición extraordinaria de confrontar a grupos satélites iraníes en siete frentes—abarcando desde los grupos terroristas de Hamas en Gaza a los lejanos hutíes en Yemen. Ahora, mientras Israel combate al ejército de Hezbola en Líbano, ha encontrado un nuevo enemigo: la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (UNIFIL). Habiendo fallado en su misión de neutralizar la amenaza de Hezbola, UNIFIL ahora está interfiriendo activamente con Israel haciendo el trabajo.

Esta semana el Primer Ministro Benjamin Netanyahu demandó que la ONU retire a su personal de la zona, cuando las fuerzas israelíes descubrieron entradas de túneles de Hezbola lindantes con puestos de UNIFIL. El secretario general de la ONU se negó a mover las fuerzas del organismo de camino del daño y en su lugar acusó a Israel de crímenes de guerra.

Creada en 1978 para monitorear una retirada israelí en una escaramuza largamente olvidada con la Organización para la Liberación de Palestina, la fuerza "interina" de la ONU ha permanecido y crecido, con una expansión de misión inversamente relacionada con su historial de éxito. UNIFIL fracasó en prevenir o mejorar la Segunda Guerra del Líbano en el 2006, la que Hezbola inició con un operativo transfronterizo para tomar rehenes israelíes y con una pesada lluvia de cohetes contra Israel.

En respuesta, el Consejo de Seguridad de la ONU expandió más el mandato de UNIFIL para garantizar que ningún "grupo armado" opere en el sur de Líbano—o sea, desarmar y empujar fuera a Hezbola. En su lugar, el grupo terrorista se ha atrincherado, capturando aldeas enteras y ocultando lotes de armas en casas privadas. Hezbola ha levantado un arsenal masivo de más de 200,000 cohetes y misiles, incluidos tantos como 40,000 misiles balísticos. Hezbola ha colocado sus posiciones armadas dentro de la vista de los puestos de observación de UNIFIL. Sin embargo las fuerzas de mantenimiento de paz de la ONU no han hecho nada para detener a Hezbola mientras ha convertido el sur de Líbano en un campamento armado desde el cual atacar a Israel.

Las fuerzas de mantenimiento de paz de la ONU llegan desde docenas de países, lugares como Ghana y Bangladesh. Estas tropas tienen pocos motivos o incentivos para arriesgar sus vidas para proteger a los judíos de los chiíes islámicos. La mayoría de los contingentes participan en el mantenimiento de paz porque la ONU paga a las naciones contribuyentes una suma fija (unos u$s17,000 anuales) por cada soldado de mantenimiento de la paz, muy por encima de los salarios del ejército en la mayoría de los países.

Para empeorar las cosas, este despilfarro parece haber sufrido una suerte de captura regulatoria por parte de los terroristas que se suponía vigilaran. Después de no conseguir cumplir su mandato, UNIFIL se ramificó en servicios sociales, construyendo plantas de energía solar y proporcionando servicios veterinarios para lo que llamó "comunidades locales." Puede en el proceso haber proporcionado inadvertidamente utilidades y servicios sociales para Hezbola. El grupo terrorista utiliza las casas privadas en las aldeas chiíes como almacenes de armas e instalaciones de lanzamiento de cohetes, incluso pagando renta a los civiles que los acogen. Cualquier campaña de ayuda en el sur de Líbano que no incluya la detección de afiliación terrorista terminaría ayudando a Hezbola.

Al mismo tiempo, el presupuesto de UNIFIL se ha expandido continuamente. Es la única operación de mantenimiento de paz de la ONU con su propia armada—seis buques de guerra encargados de "impedir la entrada no autorizada de armas o material relacionado por mar dentro de Líbano," en lo cual ha fracasado.

El 8 de octubre del 2023, la magnitud del fracaso de UNIFIL se volvió clara cuando Hezbola se unió al ataque de Hamas contra Israel. El disparo de misiles de Hezbola ha continuado todo el año, mató a docenas de civiles israelíes, e hizo inhabitable mucho del norte del pequeño país.

Ahora que Israel ha entrado finalmente en Líbano para expulsar a Hezbola, UNIFIL se está interponiendo en el camino—proporcionando deliberadamente cobertura al grupo terrorista.

Hezbola está operando desde dentro de las 100 yardas de los puestos de UNIFIL. Si las Fuerzas de Defensa de Israel contraatacan contra las posiciones que están bombardeando a los civiles israelíes, podrían golpear a las fuerzas de la ONU. Pero UNIFIL, con el respaldo de Turtle Bay, se ha negado a salir del camino. Esta semana un tanque israelí se estrelló contra un puesto de UNIFIL mientras intentaba maniobrar para escapar de una emboscada de Hezbola que hirió a muchos soldados. En lugar de disculparse, la ONU culpó a Israel por el daño.

En el mismo incidente, UNIFIL dice que las fuerzas israelíes bajo fuego pidieron a las fuerzas de mantenimiento de paz que apaguen las luces en sus puestos, llevando a que la ONU acuse al estado judío de "violaciones impactantes." Ese es un discurso mucho más duro del que alguna vez haya tenido para los ataques de Hezbola contra los civiles israelíes. Consideren la respuesta fría de la fuerza el 7 de octubre del 2023 ante los horrores de ese día: "UNIFIL está monitoreando de cerca los dramáticos acontecimientos que se están desarrollando en Israel." Algunos días más tarde, después que Hezbola se había unido a Hamas en tirar cohetes a ciudades israelíes, UNIFIL comentó, "A pesar de los preocupantes acontecimientos de los últimos días, la situación en el área de operaciones de UNIFIL sigue estable, pero volátil." En tanto Israel no se esté moviendo para desarmar a Hezbola, UNIFIL parece considerar que todo está tranquilo en el frente occidental.

Esto es parte de una podredumbre sistémica en la ONU. La Agencia de la ONU de Ayuda y Obras (UNRWA) fue fundada hace más de 70 años para ayudar a resolver lo que era entonces un problema de refugiados palestinos. En su lugar, UNRWA lo perpetuó e institucionalizó, terminando finalmente enredada con Hamas. La agencia misma reconoció que el personal puede haber estado involucrado en los ataques del 7 de octubre. La ayuda de UNRWA termina frecuentemente en las manos de Hamas, aunque UNRWA niega que sea desviada al grupo terrorista. UNIFIL fue creada para mantener la paz en Líbano, pero en cambio ha permitido la agresión de Hezbola. Ambos fracasos son posibilitados por una cultura institucional y presunciones diplomáticas que las agencias de la ONU deberían seguir funcionando a perpetuidad, sin importar la magnitud de sus fracasos o incluso sus fechorías.

Los contribuyentes estadounidenses pagan cerca del 30% del presupuesto de u$s550 millones de la UNIFIL—subsidiando esencialmente la ayuda indirecta a Hezbola. Pero a diferencia de otras organizaciones disfuncionales de la ONU, que son estructuradas para no rendir cuentas y capear la reforma, UNIFIL es fácil de arreglar. Su mandato debe ser vuelto a autorizar cada año, o simplemente termina.

En agosto del 2020, el Presidente Trump amenazó con vetar la reautorización, pero la ONU apaciguó al Departamento de Estado con promesas de reforma. Los defensores de UNIFIL afirmaron que la fuerza simplemente necesitaba un mandato más fuerte, el cual recibió. Los resultados son espantosos.

El mandato actual de UNIFIL expira en agosto del 2025, y no hay ninguna base racional para volver a autorizarlo. Pero Donald Trump puede salvar vidas hoy declarando que si es electo, UNIFIL es despedida. Claramente la organización se ve a sí misma como los defensores del sur de Líbano de Hezbola, no como los aplicadores de las resoluciones de la ONU. Tal vez cuando ellos tengan una buena posibilidad de perder sus salarios, ellos serán menos entusiastas acerca de esta misión autoproclamada.

El Sr. Kontorovich es un profesor en la Escuela de Derecho Scalia de la Universidad George Mason y un profesor en el Foro Político Kohelet con sede en Jerusalén.