domingo, 19 de enero de 2025

 Pueblo de Israel, estáis hechos de algo inquebrantable, algo eterno, forjado en los fuegos de la resiliencia y en los cielos. Mientras los terroristas de Hamás arrastraban a vuestras mujeres y niños a las sombras de los túneles de Gaza, vosotros permanecéis inquebrantables, dispuestos a intercambiar a los mismos monstruos que cometieron genocidio por las vidas de vuestras almas valientes e inocentes. Es una elección que sólo los fuertes pueden hacer, un testimonio del corazón y la humanidad que os definen. Nadie podría soportar ni un segundo a Hamás, los cobardes agentes de destrucción de la Hermandad Musulmana que queman a los ancianos, devastan a los inocentes y envenenan toda esperanza de paz. Gaza nunca más debe caer en manos de tanta oscuridad. Cada rehén liberado es una luz de libertad que se abre paso entre la desesperación. Pero dejemos que la historia nos guíe: confiar en la maquinaria terrorista islamista palestina es un error que no debe repetirse jamás. Los gritos de júbilo en las calles de Gaza y las banderas de Hamás ondeando en señal de celebración no son sólo actos de odio, sino símbolos de una cultura arraigada en el antisemitismo. Al igual que la desnazificación de Alemania, su educación, sus medios de comunicación y su sociedad necesitan una reforma, o el 7 de octubre se repetirá. Pero la verdad es la siguiente: no importa la tormenta, tú te levantas, resistes, sobrevives, porque eso es lo que eres, inquebrantable, imparable, inolvidable.

Amjad Taha
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