El mayor general retirado Gershon Hacohen, excomandante de alto rango de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), analizó la controvertida decisión del primer ministro Benjamin Netanyahu de destituir al jefe del Shin Bet, Ronen Bar, en la Conferencia Económica 2025 organizada por Maariv y Walla en Tel Aviv. Hacohen representó al Foro de Defensa y Seguridad de Israel (FDS) en la conferencia.
«Estamos entrando en una Guerra de Independencia que durará siglos»
"Coincido con el primer ministro fundador de Israel, David Ben-Gurión, en cuanto al concepto original de mamlajtiyut, que se traduce como habilidad política o responsabilidad nacional", declaró Hacohen.
"Originalmente, se refería a las expectativas claras de los líderes y funcionarios israelíes respecto a la toma de decisiones soberanas. Por ejemplo, cuando se evacuaron los asentamientos, me opuse a la política en sí, pero reconocí la importancia de la autoridad soberana que representaba. En aquel momento, le dije al periodista Ari Shavit que esta decisión ejemplificaba el legítimo derecho del gobierno israelí a ejercer la soberanía. Mi principal preocupación es garantizar que el gobierno pueda actuar con independencia, sin una interferencia excesiva de las autoridades judiciales". En referencia a la destitución de Bar por parte de Netanyahu, Hacohen explicó: «Si la visión personal del mundo de un jefe del Shin Bet entra en conflicto con una lealtad discreta hacia el primer ministro, es apropiado que se separen. Ronen Bar enfatiza la importancia de mantener la independencia del Shin Bet, pero existe la preocupación de que funcionarios no electos impongan su visión de la democracia a los líderes electos. Ben-Gurion creó una estructura gubernamental única, adaptada específicamente a las realidades de Israel, y volver a esos principios beneficiaría al país», según The Jerusalem Post.
«Si el jefe del Shin Bet no puede mostrar una lealtad discreta al primer ministro, sus caminos deberían separarse».
Respecto a los desafíos de seguridad más amplios de Israel, Hacohen enfatizó: «Israel está entrando en una Guerra de Independencia que dura siglos. Nuestros adversarios están motivados por profundas ideologías religiosas que unen a diversas facciones dentro del mundo islámico, incluyendo grupos influenciados por Ankara y El Cairo. Jerusalén sigue siendo fundamental para sus objetivos. La cuestión fundamental es que la propia existencia de Israel desafía las creencias islamistas radicales. Las futuras generaciones israelíes inevitablemente se enfrentarán a amenazas similares a Hamás o grupos similares. Reconocer esta realidad es crucial».
«La paz», continuó, «es esencialmente una pausa temporal entre conflictos. La propia Europa no es inmune a esta realidad. Israel también debe abordar las desigualdades internas brindando un mejor apoyo a quienes sirven activamente a la nación. Priorizar la vivienda asequible y las prestaciones para reservistas y personal militar es esencial para fomentar la igualdad y mantener el compromiso de quienes defienden nuestro país».
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