El presidente Donald Trump declaró este miércoles un arancel base del 10% a las importaciones de todos los países, incluido Israel, al que se le impondrá un 17% a sus importaciones en Estados Unidos.
El 17% fue anunciado pese a que Israel intentó frenar ello cancelando ayer todos los aranceles que mantenía hacia las importaciones de Estados Unidos.
El comercio total de Estados Unidos con Israel ascendió a unos 37000 millones de dólares en 2024, y el déficit bilateral estadounidense se situó en 7400 millones de dólares, un aumento del 8,6 % con respecto al año anterior, según datos comerciales estadounidenses.
Los impuestos israelíes a la importación de productos estadounidenses ascienden a 11,3 millones de dólares anuales, y la mayoría se aplican a los alimentos, según el Ministerio de Finanzas de Israel.
Durante su anuncio, Trump mostró un gráfico durante su discurso en la Casa Blanca, que mostraba que Estados Unidos impondría un arancel del 34% a las importaciones de China, del 20% a las de la Unión Europea, del 25% a las de Corea del Sur, del 24% a las de Japón y del 32% a las de Taiwán.
Trump también reveló una medida independiente dirigida a la industria automotriz: la imposición de un arancel del 25 % a todos los vehículos fabricados en el extranjero.
Argumentó que las prácticas comerciales desleales han perjudicado a la industria estadounidense y comprometido la seguridad nacional.
El presidente empleó una retórica agresiva para describir el sistema de comercio global que Estados Unidos ayudó a construir después de la Segunda Guerra Mundial, afirmando que "nuestro país ha sido saqueado, expoliado, violado y expoliado" por otras naciones.
Trump declaró una emergencia económica nacional para implementar los aranceles, que se espera generen cientos de miles de millones de dólares en ingresos anuales.
Ha prometido que los empleos en las fábricas volverán a Estados Unidos como resultado de los aranceles, pero sus políticas corren el riesgo de una desaceleración económica repentina, ya que los consumidores y las empresas podrían enfrentarse a fuertes aumentos de precios en automóviles, ropa y otros bienes.
"Los contribuyentes han sido estafados durante más de 50 años", declaró Trump en declaraciones desde la Casa Blanca. "Pero esto ya no va a suceder".
Trump cumple con esto una promesa clave de campaña al imponer lo que llamó aranceles "recíprocos" a los socios comerciales, actuando sin la intervención del Congreso a través de la Ley de Poderes de Emergencia Internacional de 1977, en un intento extraordinario de romper y, en última instancia, reestructurar la relación comercial de Estados Unidos con el mundo.
Los aranceles más altos del presidente afectarían a las entidades extranjeras que venden más bienes a Estados Unidos de los que compran, lo que significa que los aranceles podrían mantenerse vigentes durante un tiempo, ya que la administración espera que otros países reduzcan sus aranceles y otras barreras comerciales que, según afirma, provocaron un desequilibrio comercial de 1,2 billones de dólares el año pasado.
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