**Creo En Él**
Tu que sabes y a menudo lo
haces; que conversas con Él que le pides
que le ruegas que suplicas,
una y otra vez, hasta que consigues los
favores de su voluntad. Que
pregonas su sabiduría en repartir bondad
y amor sin mirar a quien, que
es dueño de la justicia y la verdad, que
protege tu cuerpo y tu alma.
Que lo crees infalible.
Tu que crees en Él y no dejas
de alabarlo que encuentras sus favores con
alegría y justificas sus
desgracias con mentiras elegantes. Tu que lo
conoces cuéntale de tus
amores frustrados, de tus años pasados, esperando
una bendición que nunca llegó,
de tus sueños de pesadilla donde tantas
veces intentaste formar una
familia y hoy a tu edad solo te quedan los años
que acumulaste en una espera vana y de ilusión
muerta.
¡Cuéntale, cuéntale!
Cuéntale con claridad y
escucha con atención sin perder una palabra la respuesta a tus sinsabores; que
Él podrá justificar pero difícil que pueda
conformarte después de
haberle pedido durante años la felicidad que hoy no
tienes.
Puedes rogarle en el templo o
en tu casa, en la noche o en el día, quizás en un
ayuno como flageando tu espalda.
Estás segura que te escucha
pues entonces cuéntale y espera que te conceda el
favor a alguien devota y creyente como tu.
Y cuando el favor te sea
concedido avísame de inmediato para entonces poder
decir a los vientos y a viva
voz:
¡Creo en Ël!
Mario Beer-Sheva
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