lunes, 1 de julio de 2019

En agosto de 1944, en cuanto los soldados soviéticos arrasaron con los nazis y los expulsaron del este de Polonia, un grupo de intelectuales judíos fueron de inmediato a ciudades como Lublin y Lodz para comenzar a recolectar y registrar información, buscando cualquier rastro del horror aún reciente que se había llevado a sus seres queridos. Querían pruebas. Entre ellos se encontraba Nachman Blumental, un filólogo obsesionado con el uso y el abuso de la lengua. Había escapado a la Unión Soviética en 1939 y vuelto para enterarse de que habían asesinado a Maria, su esposa, y a Ariel, su pequeño hijo. Lugares que antes estaban llenos de vida judía ahora se encontraban destruidos. Todo su mundo había desaparecido. Ahora podemos echar un vistazo a la mente de Blumental y de sus colegas historiadores sobrevivientes. El Instituto YIVO de Investigación Judía, que contiene la colección más grande sobre el Holocausto en Norteamérica, adquirió los artículos personales de Blumental en febrero, compuestos de más de doscientos mil documentos. De acuerdo con el director de YIVO, Jonathan Brent, es "uno de los últimos grandes archivos que aún se conservan del Holocausto".

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