domingo, 1 de diciembre de 2019

Herodes el Grande convirtió Masada en una de las ciudades más exquisitas y mejor fortificadas de su reino. Tras la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C., al Imperio Romano solo le quedaba Masada para hacerse con el control de Judea. Un grupo de rebeldes judíos resistió desde las alturas de la fortaleza el asedio romano… y nunca llegó a someterse. Vamos a hacer un viaje en el tiempo, a retroceder casi un par de milenios, y a dirigirnos al desierto de Judea, en Israel. Aquí, con unas vistas envidiables hacia el Mar Muerto, se encuentra Masada, la ciudad fortaleza del reino de Judea, el que es considerado el último bastión judío.

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