lunes, 4 de octubre de 2021



UNA VERDADERA LÁSTIMA
El nuevo gobierno de coalición de Israel, formado por la mayoría más pequeña posible en la Knéset, significa que Bennett actuará con mucha más cautela con la que procedió en el pasado cuando se desempeñaba como ministro de Educación y de Seguridad en los ejecutivos de Bibi. Esto es una lástima, ya que Israel se encuentra frente a una gran oportunidad estratégica.
A primera vista parecería absurdo hablar con esperanzas acerca de las oportunidades para Israel. Oriente Medio se encuentra en pleno desorden; el radicalismo islam está invadiendo tierras que antes eran estables; Hezbolá y Hamás se encuentran activos y persiste el peligro nuclear iraní. Sumémosle a todo ello el antisemitismo que aumenta cada vez más alrededor del mundo y la pandemia que sigue causando estragos por estas tierras.
Asimismo, parece un tiempo muy peligroso para el Estado judío. Esto mismo fue lo que Bennett insinuó al periodista de la cadena de televisión NBC, Andrea Mitchell, al explicarle por qué se opone a la creación de un Estado palestino.
Sin duda, la realidad de Oriente Medio cambió. Sin embargo, se debe mirar más allá de los titulares. Si se examina la situación más detenidamente, se puede observar que la realidad cambió radicalmente en favor de Israel. En primer lugar, se puede apreciar que con la firma de los Acuerdos de Abraham, la desaparición de la amenaza árabe se acabó. Desde su primer día de existencia, Israel enfrentó el peligro de extinción debido a los ejércitos árabes.
Esta es la amenaza en contra de la cual el Estado judío se planificó, armó y entrenó durante la mayor parte de su vida nacional. No obstante, hoy en día ese peligro desapareció.
Los ejércitos de los principales adversarios estratégicos de Israel - Siria y Egipto - actualmente se encuentran desorganizados; mientras que Tzáhal se convirtió en la superpotencia de la región, en una liga delante de todo el resto. Y más importante aún, Egipto, Arabia Saudita y los Estados más pequeños del Golfo se encuentran ahora en una alianza tácita con el Estado judío en contra de Irán. Junto al presidente egipcio Abdel Fatah al-Sissi, con el cual Bennet se encontro hace pocas semanas, Israel está interactuando con, probablemente, el líder más anti-Hamás - y tácitamente pro-israelí - de la historia de Egipto.
Para comprender la profundidad de este cambio estratégico se debe tener en cuenta lo siguiente: se informó que los árabes están pensando crear una fuerza armada conjunta. Cuando eso ocurrió la última vez, en 1948 y en 1967, su propósito era borrar a Israel del mapa. Actualmente, su objetivo es luchar contra el mayor enemigo de Israel: Irán. Por esa razón, Tzví Bar-El, analista de Haaretz, observó: "Israel no sólo no está alarmado, sino que incluso se encuentra actualmente estático".
En segundo lugar, los principales enemigos de Israel están presionados más que nunca. Irán y Hezbolá se comprometieron a defender al régimen de Bashar al-Assad en Siria, un desafío abrumador a largo plazo, dado que el presidente sirio representa a los alawtias, quienes conforman menos del 15% de la población de su país. Los informes varían dependiendo de cuán costoso fue este apoyo para Teherán.
El periódico The Economist estimó la ayuda en 15.000 millones de dólares, el equivalente al presupuesto total de defensa de Irán de cerca de un año. A su vez, Hezbolá se atascó en Siria, cientos de sus combatientes fallecieron allí. Es probable que la situación interna de Siria continúe manteniendo ocupados y agotados a Irán y Hezbolá durante años. Es un problema muy severo, ya que el precio del petróleo disminuyó, así como también los ingresos a Teherán.
Al observar los conflictos en Siria, Irak y Yemen, es imposible no pensar que los principales enemigos de Israel, los chiítas y sunitas extremistas, se encuentran atareados matándose unos a otros. Por supuesto persiste el programa nuclear de Irán. Sin importar los resultados de las negociaciones de Irán con Estados Unidos y las otras potencias occidentales, cabe recordar que, de acuerdo a fuentes extranjeras, Israel posee un poder nuclear disuasivo, que, según algunos, consta de aproximadamente 200 ojivas nucleares, muchas de ellas en submarinos. Por otro lado construyó una muralla que redujo el impacto de los ataques terroristas contra su territorio, y la Cúpula de Hierro debilitó significativamente la amenaza de cohetes por parte de Hamás y de Hezbolá.
Además, y a pesar de la pandemia, la economía hebrea continúa recuperándose en mayor proporción que la de los otros países de la región. Mientras sus ciclos de innovación y productividad tecnológica permanecen, el conocimiento de Israel es solicitado por naciones como China e India, que antes eran reacios a siquiera reconocer públicamente sus relaciones con Jerusalén. Así que, aunque enfrenta peligros reales, hoy en día Israel posee una política establecida para frustrar, impedir problemas y defenderse con fuerza y efectividad.
No obstante el peligro para el cual no está protegido es que continúa ejerciendo control sobre Gaza y Cisjordania, territorios habitados por 4,5 millones de palestinos que no poseen un Estado ni derechos civiles.
La idea del actual gobierno israelí es que si los problemas palestinos son ignorados, de alguna manera serán resueltos. Pero no lo serán.
Y resulta trágico que sea este un momento, con tantos puntos a favor, en donde un liderazgo inteligente podría asegurar a Israel permanentemente como un Estado judío y democrático y hacer las paces con sus enemigos.
Es una oportunidad de oro que se encuentra a la vista de Bennett, que difícilmente sabrá aprovecharla. Una verdadera lástima porque la alternativa seguirá siendo más violencia y más víctimas.
Puede ser una imagen de una o varias personas, personas de pie y al aire libre

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