miércoles, 1 de noviembre de 2023

 

El sabio ritual del duelo en el Judaismo.

Las distintas religiones en el mundo tienen sus rituales de duelo, y el judaísmo no es una excepcion.
  • La sabiduría del judaísmo al acompañarnos a través de todo el proceso de amargura es esencial para que entendamos cómo podemos encontrar consuelo.
  • Nuestra tradición define varias etapas en el proceso de duelo, que se corresponden muy bien con la comprensión moderna del proceso de duelo emocional.
  • El judaísmo no rehúye los encuentros íntimos con la muerte, sino que los enmarca ritualmente. Se presta mucha atención a tratar a los muertos con respeto (k'vod ha-met) y a consolar a los dolientes (nichum aveilim).
  • El período que transcurre desde el momento de la muerte hasta el entierro, se denomina aninut (tristeza y conmoción profundas), y una persona en duelo (padres, cónyuge, hermanos o hijos), se denomina "onen".
El Onen no tiene ninguna obligación religiosa, excepto la de atender a las necesidades prácticas de organizar el funeral.
El entendimiento judío es que un onen no puede enfocarse en otra cosa que no sea el tema inmediato del entierro, y no se debe esperar que sea capaz de realizar ninguna observancia ritual, incluso aquellas que podrían realizarse a diario (como recitar el Shemá).
  • El cuerpo es preparado para el entierro con gran cuidado por la Jevra Kadishá (la sociedad funeraria sagrada), incluida la purificación ritual (tahara).
Tahara es la antigua forma judía de mostrar respeto por los fallecidos.
  • Esto no es simplemente una "costumbre antigua" o una "hermosa tradición", sino un requisito absoluto de la ley judía.
"Así como un bebé es lavado, y entra al mundo limpio y puro, nosotros también dejamos el mundo limpio por el acto religioso de tahará".

Los judíos no son enterrados con la ropa que usaron durante sus vidas.

  • En su lugar, están vestidos con "tachrichim", sencillas prendas funerarias blancas.
  • Nos recuerda que no importa cuántas bendiciones materiales acumule alguien durante la vida, todos somos iguales en la muerte.
  • Además, los "tacrijim" nos recuerdan que cuando dejamos este mundo para partir al siguiente, no podemos llevarnos ninguna de nuestras posesiones terrenales con nosotros.
  • Al final de su misión, el jefe de la Jevrá Kadisha cita el nombre del difunto y dice en voz alta, para que los muertos y los vivos escuchen: "Todo lo que hemos hecho es por tu honor. Y si no hemos hecho bien nuestra tarea, te pedimos perdón".
  • En el período previo al funeral, el difunto no se queda solo.
En la tradición judía, el entierro debe tener lugar tan pronto como sea posible después de la muerte.
El ataúd debe ser sencillo para mostrar igualdad, y la ceremonia de entierro debe tener lugar en un cementerio, no en una sinagoga.
Los funerales judíos tradicionales son muy sencillos y, por lo general, relativamente breves. Antes de comenzar, los parientes inmediatos del difunto realizan la "kriah", una palabra hebrea que significa "lacerar".
Se refiere al acto de rasgar una prenda de vestir. Esta angustia es una expresión impresionante de dolor y enojo por la pérdida de un ser querido.
  • La Kriah es una tradición antigua, que viene de cuando el patriarca Jacob creyó que su hijo José había muerto, y rasgó sus vestiduras.
  • Además, recitan "Baruj atah Hashem Elokeinu melej haolam, dayan ha'emet", Bendito seas, Señor nuestro Dios, Gobernante del universo, el verdadero Juez.
Una versión más corta de la misma bendición es recitada por todos los que presencian u oyen hablar de una muerte:
"Baruj dayan emet", Bendito sea el único Juez verdadero.
El funeral tiene un pequeño número de elementos litúrgicos fijos, incluida la breve oración El Maleh Rachamim ("Dios lleno de compasión"), y generalmente incluye salmos y hesped, (discurso fúnebre en honor del difunto), y la recitación de una versión especial de la oración Kadish, considerada la "oración del doliente".
  • Luego, los dolientes y amigos acompañan el féretro hasta el lugar del entierro, en un ritual llamado levaiá (acompañamiento).
  • De hecho, todo el proceso de entierro se llama levaiá.
En el lugar del entierro, las personas participan cubriendo el ataúd con tierra.
  • El sonido de la tierra cayendo sobre la tumba es un sonido triste e impactante, que realmente te recuerda que la persona se ha ido.
  • Los dolientes salen primero, y otros les dicen las palabras tradicionales: "Que Dios los consuele entre todos los dolientes de Tzion y Yerushalaim".
La práctica judía ofrece recomendaciones muy específicas para el reingreso gradual a la vida normal, lo que indica que el duelo es esencial, pero las vidas de los que permanecen no pueden ser interrumpidas.
  • Uno de los signos del dolor que los hombres dejan de hacer es el dejar de afeitarse.
  • Cuando alguien pierde a una persona querida, se "retira" de la sociedad. Abatida por el trágico golpe, el doliente se abandona simbólicamente, descuidando su apariencia personal.
La primera semana después del funeral se conoce como shiva (literalmente, "siete").
Durante este período, los deudos son tratados con el máximo cuidado y respeto.
  • Sus necesidades son satisfechas por la comunidad, tanto sus necesidades físicas, como las comidas, como sus necesidades espirituales y emocionales.
Durante este tiempo, la mayoría de los dolientes permanecen en casa y los servicios religiosos se llevan a cabo diariamente en casa, para que los dolientes puedan recitar el Kadish.
  • Con el fin de aliviar el dolor y encontrar la vida de nuevo, la siguiente etapa del proceso de duelo se conoce como shloshim (literalmente, treinta).
  • El período es cuando la persona en duelo regresa al trabajo, pero aún no está completamente de vuelta en el mundo.
  • Este dolor continuo se expresa evitando fiestas, conciertos y otras formas de entretenimiento público.
  • Luego, para aquellos que han perdido a un pariente inmediato, hay un período de 11 meses de aveilut (duelo), durante el cual el Kadish de los dolientes se recita diariamente en comunidad.
  • Otra costumbre meritoria es hacer una tzedaká.
  • Es el mandamiento judío que a menudo se traduce erróneamente como caridad.
  • Tiene su origen en la palabra tzedek (justicia), que es una traducción más precisa: justicia social. Es la obligación que tiene cada judío de donar algo de sí mismo, caridad, trabajo o conocimiento, a los necesitados.
Existe la obligación tradicional de crear algún tipo de matzeva ("monumento", generalmente una lápida), para marcar el lugar de entierro.
La "inauguración" es una ceremonia formal después de que se haya colocado la lápida.
  • La costumbre judía de dejar pequeñas piedras en una tumba es antigua y sus orígenes no están claros. Es una costumbre, más que un mandamiento, y a lo largo del tiempo se han ofrecido muchas interpretaciones para esta práctica.
Por lo tanto, la sabiduría de nuestra antigua tradición nos da el apoyo, la regla y la brújula para superar esta experiencia traumática sin perdernos en el camino.
Mendy Tal
Politólogo y activista comunitario.
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