En este Purim, su hijo Roei, de tan sólo dos años y diez meses, se disfrazó de su padre: un conmovedor homenaje al héroe del que oirá hablar mientras crece, pero al que nunca conocerá realmente ni podra abrazar jamas.
Un recordatorio desgarrador de los sacrificios realizados y el legado dejado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.