jueves, 25 de enero de 2018

EL CURIOSO ARTE DE COMPLICARLO TODO
Si tienes trabajo, te quejas.
Si tienes demasiado trabajo, también te quejas.
Si no tienes trabajo, obvio que te quejas.
Si hace calor, te parece sofocante.
Si hace frío, te resulta helado.
Los días te “pasan volando” o “se tornan interminables”.
Las personas que te rodean suelen ser muy superficiales…
Las cosas más elementales y los trámites cotidianos, te abruman.
Los hijos suelen hacer demasiado ruido, justo cuando más necesitas el silencio.
Siempre precisas de un ayudante a tu lado, alguien que te de una mano en la insoportable tarea que recae sobre tus hombros…
Pregunto: ¿no será que el problema está en ti, y no en todo lo que te rodea?
¿No será tal vez que “nunca encuentras”, porque en realidad “no tienes la más mínima idea de lo que buscas”?
¿No será que le tienes miedo a vivir de un modo pleno e intenso?
¿A amar y a que te amen?
¿A expresar tus sentimientos sin rodeos?
No es la política, ni el calor, ni la familia, ni tu pareja, ni los problemas del trabajo…
Es la vida, y lo que nosotros hemos decidido hacer con ella.
Y es urgente, antes de que baje el telón, delante de nuestros ojos perplejos.


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