PREVALECERAN LOS DECRETOS DEL ALTÍSIMO
Cabeza dura tiene el mundo y por eso rechaza las fronteras de Tierra Santa donde debe vivir en paz el pueblo de Israel. Es el pulso de la locura y de la torpeza del hombre con inclinación natural hacia la injusticia que en este caso se concreta contra Israel y contra las víctimas inocentes de esta provocadora desobediencia.
Los valientes, los que están llenos de la fe que mueve montañas, saben que todas las promesas del Padre Eterno se cumplirán hasta la última letra. No importa que sean una manada pequeña en medio de un océano de adversarios, con la complicidad de muchas naciones, pues su esperanza es verdadera y saben que Él no faltará a su palabra.
¡Ay de las naciones que apuntan contra Israel! Creyendo que esto beneficiará su comercio y les reportará beneficios para salir de su hoyo.
Los que toman decisiones contra el decreto divino de las correctas fronteras de Israel en nombre de pueblos, gobiernos y de organismos representativos de las naciones para favorecer a los seguidores de Mahoma y a su terrorismo de guerra santa, son como el mulo que pega cocees contra su aguijón. Todos serán derrotados y reprobados por el Dios de Israel. No prevalecerán los idólatras ni los que traicionan a Israel. El Rey de Reyes les cobrará tributos donde más les duela pagarlos; hasta que doblen su cerviz y se arrepientan de sus malos actos contra el decreto divino que estableció las fronteras que garantizan la paz para Israel y para el mundo.
El Rey de Paz y Amor es Santo y Verdadero y su mano alcanza todos los confines del mundo visible e invisible. El está lleno de misericordia y perdona al arrepentido que desea cambiar de actitud ante sus decretos y mandamientos inmutables. Pero su sabiduría es superior a todas las ciencias del hombre, a toda estrategia humana y a toda ley contraria a su voluntad.
Los hijos de Israel son los primeros que deben creer en la veracidad de las fronteras que el Altísimo decretó para la tierra de Israel y continuar prevaleciendo en la fe de la tierra prometida, sin renunciar a ningún pedazo de ella. Todas las naciones tendrán que aprender de Israel y aceptar estas fronteras declaradas desde la antigüedad en la Biblia, para que la paz y la bendición alcancen a todas las naciones.
Mérida 30 de Noviembre de 2012
Autor: Víctor Muñoz Jiménez
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