miércoles, 16 de octubre de 2024

 

LA GUERRA DEL 8 DE OCTUBRE

Por Jonathan Schanzer

Commentary

Octubre 8, 2024

https://schanzer.pundicity.com/28130/the-october-8th-war

Un número insondable de golpeteo de teclas (no hablamos acerca de derramar tinta porque eso ya no se hace más) fue dedicado ayer al aniversario de la masacre del 7 de octubre. Apropiadamente. Ese ataque por parte de la organización terrorista Hamas inició una guerra de siete frentes que ahora se ha prolongado por un año. Sin embargo, cuando los historiadores miran hacia atrás en este conflicto, el 8 de octubre puede ser visto como un marcador más significativo.

El 8 de octubre del 2023, fue el día que Hezbola, el satélite más poderoso de Irán, comenzó a disparar a Israel desde Líbano. El volumen de fuego que Israel ha sufrido desde entonces no es entendido bien. Hezbola ha lanzado un estimado de 10,000 cohetes, misiles y drones a Israel desde que empezó el combate. Porciones enteras del territorio norteño de Israel han sido evacuadas. El daño aun tiene que ser evaluado.
Esta guerra está todavía evolucionando. Los israelíes están golpeando a Hezbola ahora mismo, con una combinación de ataques letales y maniobras terrestres limitadas en el sur de Líbano. Pero esto no fue así por cerca de once meses. La forma en que la guerra evolucionó en el norte fue francamente extraña.
Aun cuando los israelíes sufrieron golpe tras golpe del representante iraní, ellos limitaron sus respuestas a ataques de represalia y medidos. Esta restricción destacable fue alentada--tal vez ordenada--por la Casa Blanca de Biden. Bajo cualquier otra circunstancia, los israelíes habrían arrasado Dahiyeh, el bastión de Hezbola en Beirut, hace mucho tiempo. Ellos habrían llevado a cabo una campaña masiva en el sur de Líbano para quitar la amenaza junto a su frontera norte.
Pero no lo hicieron. La Casa Blanca de Biden estaba petrificada por una guerra en Líbano. Los israelíes no querían una tampoco. Y por buenas razones. Hezbola es tal vez el enemigo más letal que Israel ha enfrentado en su historia entera. Los funcionarios de seguridad israelíes creen que las capacidades militares del grupo están a la par de un ejército europeo de tamaño mediano (piensen en la República Checa o algo similar). El grupo tiene (o al menos tenía) un estimado de 200,000 proyectiles. Tiene municiones guiadas por precisión. Tiene una flota de drones submarinos y aéreos. Y sus combatientes se han entrenado junto a los ejércitos de Rusia e Irán.
Los israelíes han pasado años tratando de impedir que armas iraníes avanzadas lleguen a Hezbola. Este fue el objetivo de la "Campaña Entre las Guerras" que libró Israel por aproximadamente una década antes que estallara la guerra actual. El objetivo era retrasar lo inevitable. Pero ese reloj se agotó el 8 de octubre.
Dada la gravedad de la amenaza y dado que Hezbola se había unido claramente a la guerra menos de 24 horas después del pogrom de Hamas en el sur de Israel, hubo muchos en el establishment de seguridad de Israel que estaban inclinados a dirigirse al norte para combatir a Hezbola inmediatamente después del 7/O. Biden dijo no lo hagan. El colocó a los israelíes en el camino de la guerra con Hamas en Gaza, y eso pospuso lo inevitable por un tiempo.
Siendo realistas, Hamas sólo estuvo manteniendo a los israelíes ocupados por un tiempo. El grupo satélite iraní en Gaza es ahora efectivamente una fuerza agotada. Eso no significa que ocasionalmente no llevará a cabo un ataque exitoso con cohetes o disparará a un soldado israelí. Esas cosas sucederán. Pero los israelíes están ahora confiados en que pasará una década o más antes que el grupo pueda ser reconstruido, si es que alguna vez pasa. Y ese es el motivo por el que la atención ha girado al norte.
Es difícil decir exactamente cuando comenzó la contraofensiva israelí. Podría haber sido el ataque selectivo contra el cabecilla terrorista Fouad Shukr en el corazón de Beirut el 31 de julio. Tal vez fue la ingeniosa operación de explosión de buscapersonas y walkie-talkies por parte del Mossad que eliminó, mutiló e hirió a cientos de comandantes de Hezbola el 17 de septiembre. O podrían haber sido simplemente la serie de ataques aéreos atronadores que derribaron al líder de largo tiempo de Hezbola, Hassan Nasrallah, el 27 de septiembre. La largamente temida "guerra del norte" está ahora totalmente en marcha.
Hay una tentación de decir que Israel está ganando esta guerra norteña. Los israelíes han destruido aproximadamente la mitad de las capacidades significativas de Hezbola (como es determinado eso es difícil de entender, pero esto es lo que los israelíes que saben están diciendo). Y el liderazgo del grupo ha sido eviscerado absolutamente. Pero la lucha está lejos de terminar. Esto es evidente por el gran número de ataques con cohetes, drones y misiles que han sido lanzados por Hezbola hacia Israel a pesar del daño que ha soportado el grupo. Lamentablemente, hay mucho más de donde viene eso.
Los escenarios que los israelíes han esbozado en los años pasados cuando describían la guerra en ciernes ahora sobre nosotros han sido alimento para pesadillas. Ellos incluyen grandes números de víctimas y daño insondable a edificios icónicos, por no mencionar la infraestructura de Israel. Hay que agradecer que nada de eso ha ocurrido...todavía. Pero aun es posible. Y las probabilidades de una batalla más feroz sólo aumentarán después que Israel inicie ataques militares dentro de Irán en respuesta al bombardeo de misiles balísticos de la semana pasada en Israel. De hecho, el régimen casi con seguridad instruirá a su satélite libanés para que escale presentando algunas de sus capacidades más avanzadas. Esto sólo provocará que Israel ataque más duro. Vamos arriba por la escalera de la escalada.
La administración Biden sigue tratando y evitando una guerra más amplia. Pero esa es una tarea inútil en este punto. La guerra que comenzó el 8 de octubre, hace un año, ha entrado claramente en una nueva fase. La intensidad pura de ello es ahora imposible de ignorar. Los israelíes están buscando dar un golpe de gracia. ¿Es eso siquiera posible?

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