miércoles, 25 de diciembre de 2024

 Un colono llamado Jesús

Bryan Acuña
Estas fechas de altas fiestas para la cristiandad no se escapan los aspectos políticos respecto al conflicto entre israelíes y palestinos, basta la menor escaramuza para que se reactiven las ideas de genocidios, masacres y otras yerbas por parte del ejército de Israel contra los “desprotegidos palestinos”, que solamente cuentan con sus piedras, sus misiles, y millones de dólares en ayuda humanitaria de la UE, USA y los países árabes.
De esas pintorescas imágenes que circulan por las redes en referencia al “apartheid”, “genocidio” y masacre palestina, no queda por fuera el caso de Jesús de Nazaret, pero en una supuesta versión actual. Comenzando con una de María (la madre de Jesús) embarazada montada sobre un burro junto a José, y ambos siendo detenidos en un “checkpoint” del Ejército de Defensa de Israel (IDF), antes de ingresar a la ciudad de Belén, donde según la tradición nacería Jesús.
La realidad de dicha fotografía es que si se aplicara a la actualidad, nada tendría que ir a hacer una pareja de judíos a Belén, salvo que quieran apersonarse a la Tumba de la Matriarca Rajel, algo que coordinarían directamente con el ejército israelí, quienes a su vez coordinarían con el gobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), para no poner en riesgo sus vidas. Por supuesto no lo harían por cuenta propia, porque según los antecedentes violentos de la zona, cualquier medio de transporte con judíos que ingrese en ese sector corre el riesgo de ser apedreado, por lo que el burro sería lapidado sin misericordia, lo mismo que José y María, sin que medie siquiera la pregunta de si la mujer está o no embarazada.
Mucho menos María y José irían a Belén a tener a su hijo, ya que en Israel cuentan con hospitales de primera categoría donde el pequeño Jesús nacería bajo excelentes cuidados pediátricos y sin ningún tipo de discriminación, los mismos hospitales donde cientos de palestinos son atendidos diariamente.
Y además, de no poder llegar a un hospital, muy seguro que las propias IDF tengan la capacidad de ayudarle en el parto, sin preguntarles si son israelíes, palestinos, beduinos, drusos o cristianos, primando salvar una vida, o dos en el caso de la parturienta.
Además en Belén no podría haber nacido, ya que Abu Mazen indicó que quería una Palestina “Jüdenrein” (Limpio de judíos), por lo que la presencia de judíos viviendo o naciendo en sus territorios no sería factible, salvo que les acusen de invasores y ladrones de tierras palestinas o de querer “judaizar” Belén, por lo que estarían arriesgando sus vidas al encontrarse en ese territorio, donde hasta el porcentaje de cristianos ha mermado por políticas de los gobiernos palestinos.
En el caso de Jesús como tal, por su ciudad natal y su educación, es muy probable que por ser de Nazaret sea acusado de colono, el negocio de su padre como carpintero estaría siendo boicoteado por “intelectuales” extranjeros, porque dicen que su presencia en su ciudad es una bofetada a las pretensiones palestinas de tener un Estado libre sin agentes sionistas dentro.
Muy probablemente Jesús sería parte de algún kibutz religioso del Norte de Israel y sionista, la escuela donde pasó sus estudios rabínicos sería catalogada de ilegal por estar dentro de la ocupación y aunque sus ideologías sean favorables a solucionar conflictos, sería acusado reiteradamente por Organismos Internacionales, tachándole de ser un invasor, y por tener políticas religiosas peligrosas al realizar sus enseñanzas “redentoristas” entre el populacho hebreo, validando la ocupación al llevar sus doctrinas a Jerusalem Antigua, subiendo a la hoy explanada de las Mezquitas para profetizar desde el santuario de la roca (la cúpula dorada).
El mensaje mesiánico encerrado en los evangelios, probablemente sería tachado de imperialista y a los romanos los señalarían como manipulados por el Sanedrín para hacerse con el control de todas las zonas aledañas para sus amos los judíos.
Si Jesús fuera un personaje contemporáneo es muy probable que seguiría siendo lo mismo que hace más de dos mil años, un judío, educado como judío, viviendo en una tierra que otros reclamarían como suya pero que históricamente la tuvo su pueblo, y aún y cuando propusiera compartirla para evitar más derramamiento de sangre inocente, el egoísmo de sus rivales le continuaría acusando de no tener ningún derecho de propiedad argumentando ocupaciones posteriores, conversiones forzadas de sus ciudadanos iniciales, expulsiones de sus habitantes o simplemente un proceso de colonización imperial de quienes nunca proclamaron un Estado o un reino en la región, sino simplemente una especie de “derecho de llave” temporal, mientras otra fuerza ocupante la tomara como su colonia o territorio conquistado.
Este articulo fue publicado en Porisrael.org el 26 de diciembre del 2018
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