DEL WSJ

 EL ESCANDALO MAS PROFUNDO DETRAS DE LAS BANDAS DE VIOLADORES DE GRAN BRETAÑA

Keir Starmer anuncia tardíamente una investigación después que Elon Musk pusiera en el foco a la clase política.

Por Joseph C. Sternberg

Junio 19, 2025

traducida por Marcela Lubczanski

Londres

Elon Musk tenía razón.

La clase política de Gran Bretaña lo admitió el sábado, cuando el Primer Ministro Keir Starmer estableció tardíamente una investigación legal formal del escándalo de muchas décadas de las bandas de hombres acosando sexualmente y violando niñas en comunidades a lo largo de Inglaterra. La medida del Sr. Starmer llega menos de seis meses después que el Sr. Musk trajo por la fuerza este escándalo nuevamente en el ojo público en una ráfaga de publicaciones en X.

O más bien, después que el Sr. Musk hizo imposible que la clase política ignore un escándalo que nunca había desaparecido de la consciencia del público en los cerca de 18 años desde que fue expuesto por primera vez. Esa es una distinción importante porque delinea que hay realmente dos escándalos aquí.

Uno es la existencia de las bandas de violadores. Grupos de hombres aprovechaban de niñas preadolescentes y adolescentes vulnerables, la mayoría de ellas a menudo viviendo bajo varias formas de protección de los servicios sociales o que ya habían sufrido abuso o problemas de drogas. Un puñado de investigaciones locales a pequeña escala a lo largo de los años, y una gran cantidad de evidencias anecdóticas, apuntan a fallas crónicas e inexcusables por parte de los trabajadores de protección infantil, la policía y los fiscales en hacer algo acerca de los casos de abuso sexual que se desarrollaban justo bajo sus narices.

Cuando el Sr. Musk empezó a publicar sobre este tema en enero, él no tenía nada nuevo que decir sobre algo de esto. Su intromisión en la política británica consistió únicamente en compartir con sus millones de seguidores de redes sociales artículos noticiosos escritos por otros. El Sr. Musk parece nunca haber hecho algo original informando sobre el tema o haber encargado alguna investigación original.

En su lugar, el Sr. Musk enfocó la atención en el segundo escándalo relacionado con el tema de las bandas de violadores: el desprecio que la clase gobernante británica muestra hacia el público, incluido pero no limitado a las víctimas de las bandas.

Lo que es tan indignante es que esto no se trató de un encubrimiento. Las bandas de violadores no han sido un secreto, al menos desde los primeros informes de medios de comunicación de esta crisis en el año 2007. Sin embargo, los políticos de muchos partidos fallaron en actuar.

Consideren el desastre de la corrección política en el corazón del escándalo. La evidencia sugiere que los hombres de origen musulmán pakistaníes son representados desproporcionadamente entre los perpetradores, mientras que las víctimas parecen ser principalmente blancas. La Gran Bretaña oficial—recelosa de las implicaciones—ha tratado durante mucho tiempo de evitar enfrentar estos hechos.

La creación a regañadientes de una investigación oficial por parte del Sr. Starmer coincidió con (y fue precipitada por) la publicación esta semana de una "auditoría" oficial de 200 páginas resumiendo lo que se sabe sobre el fenómeno de las bandas de violadores, preparado por Louise Casey, una lora en la Cámara de Lores con extensa experiencia en trabajo social. En uno de los párrafos más importantes de la auditoría, la Sra. Casey destaca la forma indiferente en la cual los organismos oficiales recopilaron, o más bien no lo hicieron, datos sobre las etnias de las víctimas y de los presuntos delincuentes. Ella también insinúa que la Oficina del Interior (el departamento responsable por la política de inmigración y aplicación de la ley nacional) inventó un informe en el año 2020 afirmando que los musulmanes pakistaníes no estaban representados de forma desproporcionada entre los delincuentes agresores sexuales—un informe que los medios de comunicación citaron eternamente para rebatir al Sr. Musk.

Pero estos intentos de restar importancia al ángulo étnico del escándalo de acoso sexual fueron tan ineptos que es difícil creer que el propósito fue ocultar los hechos en el terreno. Ese informe de la Oficina del Interior, por ejemplo, admitía que sus presuntas conclusiones estaban basadas en escasa evidencia debido a una falla de la policía local y fiscales en recopilar datos adecuados sobre las etnias de los delincuentes.

En una sociedad que recopila datos raciales sobre todo lo que está bajo el sol y luego algunos, fue obvio para el público que las autoridades no estaban recopilando esta información particular porque la policía y los fiscales podían ver con sus propios ojos lo que mostrarían los datos. Mientras tanto, el público pudo ver en los medios noticiosos series de fotos de grupos de hombres condenados en casos que ocasionalmente llegaron a los tribunales. Sus orígenes étnicos son fáciles de identificar.

No, el objetivo de trucos como el informe de la Oficina del Interior fue en cambio hacer cualquier cosa y todo lo posible por evitar decir en voz alta el pensamiento obvio detrás de la inacción de los políticos. La innovación del Sr. Musk fue obligar a los políticos británicos a levantarse, incluido el Sr. Starmer, para defender su comportamiento y admitir por lo tanto lo que el público ya infería sobre por qué ellos no estaban haciendo algo acerca del escándalo.

El Sr. Starmer, siendo un político profundamente poco imaginativo, fue lo suficientemente ingenuo como para ceder. Su respuesta inicial fue afirmar que lanzando una investigación formal de las bandas de violadores sería saltar a bordo del "carro de la extrema derecha." Resistir al Sr. Musk asociado de Trump, y antes que a él a cualquier narrativa que pudiera socavar el tema de la "Gran Bretaña multicultural" de tanto discurso público, era más importante que investigar delitos sexuales.

En otras palabras, la Gran Bretaña oficial estaba preparada para permitir que las niñas sean victimizadas al servicio de algún objetivo político mayor. La idea es tan repulsiva que no pudo sostenerse una vez que fue declarada abiertamente, lo cual es la razón por la cual el Sr. Starmer se vio obligado a crear la investigación formal. Las intervenciones del Sr. Musk en Europa han sido torpes y, en ocasiones, desacertadas, pero el episodio de esta semana cuenta como una victoria importante.

El Primer Ministro Keir Starmer de Reino Unido da una declaración en el 10 de la calle Downing en Londres, enero 21. Foto: Henry Nicholls/Zuma Press

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