DENTRO DE 'OPERACION NARNIA', EL ATAQUE AUDAZ QUE ISRAEL TEMIA NO PODER LLEVAR A CABO
Pilotos entrenados durante años y fuerzas de inteligencia construyeron redes para la ofensiva multifacética en Irán, la que incluyó una táctica llamada "Boda Roja."
Por Dov Lieber
Junio 27, 2025
traducida por
En la medianoche del 13 de junio, los generales de Israel se reunieron en un búnker debajo de los cuarteles generales de la fuerza aérea israelí y observaron cuando los aviones descendían sobre Teherán en una operación que ellos llamaron "Boda Roja."
Horas más tarde y a 1,000 millas de distancia, los principales comandantes militares de Irán estaban muertos—una eliminación en masa muy como la famosa escena de bodas del programa “Juego de Tronos.”
La combinación de información de inteligencia y la precisión militar que permitieron el ataque sorprendieron a la gente en todo el mundo. Pero no fue el único éxito improbable al inicio de la campaña de 12 días de Israel.
Otra parte clave del ataque inicial—considerado tan fantástico incluso por sus planificadores que fue llamado "Operación Narnia,” por la serie de ficción de C.S. Lewis—eliminó exitosamente a nueve prominentes científicos nucleares iraníes casi simultáneamente en sus casas en Teherán.
Llevar a cabo los ataques requirió artimañas elaboradas para garantizar la sorpresa. En el último momento, casi fracasaron.
Los operativos han ayudado a consolidar a Israel como la potencia militar dominante en la región, preparando la escena para lo que los israelíes esperan será un realineamiento drástico de países lejos de la influencia iraní y hacia relaciones más amistosas con Israel. Los funcionarios de alto rango israelíes y estadounidenses dicen que ellos esperan que Israel firme nuevos acuerdos de paz luego de la batalla.
Persisten las dudas acerca de si Israel, la cual fue luego ayudada por un ataque de bombardeo masivo contra los sitios nucleares de Irán por parte de EE.UU., ha logrado realmente sus objetivos bélicos. Hay informes en conflicto sobre el daño hecho a los sitios nucleares, y el jurado está deliberando si Israel y Estados Unidos pueden impedir que Irán reconstruya lo que ha sido destruido.
Aun así, incluso algunos funcionarios israelíes se sorprendieron por cómo pudieron concretarse sus planes, algunos de los cuales se remontaban a más de una década. “Cuando empezamos a planificar esto en detalle, fue muy difícil saber que esto funcionaría," dijo el Mayor General Oded Basiuk, director de Directorio de Operaciones militares de Israel y un arquitecto clave de la operación.
Este relato está basado en entrevistas con 18 funcionarios de seguridad actuales y anteriores israelíes y estadounidenses.
Israel asumió un riesgo enorme al lanzar el ataque. O bien Israel atacaba los objetivos humanos de una vez, o ellos se dispersarían. Si lo hacían, la represalia de Irán habría sido mucho más severa, y sus ambiciones nucleares intactas. Y si el Presidente Trump no hubiese sido inspirado por el éxito temprano de Israel para bombardear los sitios nucleares iraníes, no está claro cómo Israel hubiese logrado su objetivo principal de la operación. Incluso ahora, Irán ha sido dañado, pero podría recuperarse más determinado que nunca a construir un arma nuclear.
Un camino largo
Los orígenes de la operación se remontan a mediados de la década de 1990, cuando los servicios de inteligencia israelíes identificaron por primera vez lo que vieron como intentos iraníes incipientes por construir un programa de armas nucleares.
La inteligencia israelí comenzó a crear una extensa red de agentes dentro de Irán para facilitar una campaña de sabotaje, que incluyó causar explosiones dos veces en uno de los principales sitios de enriquecimiento de Irán y eliminar a algunos científicos. Pero los funcionarios israelíes determinaron finalmente que esas actividades no eran suficientes, y que ellos finalmente necesitarían destruir el programa nuclear de Irán, y al grupo de expertos nucleares, desde el aire.
Hacerlo sería enormemente difícil. Los sitios que Israel tendría que atacar estaban a más de 1,000 millas de casa.
Los pilotos tendrían que aprender cómo volar en formaciones de seis a 10 aviones alrededor de un único avión cisterna, turnándose para reabastecerse—muchas veces—durante la travesía. Ellos también tendrían que aprender cómo posicionar sus aviones perfectamente para que sus misiles, cuando fueran arrojados, aterrizaran dentro de los 15 a 20 segundos unos de otros para lograr la máxima efectividad.
Tal entrenamiento no era posible en un país tan chico como Israel, que abarca sólo 290 millas de norte a sur.
En el año 2008, en lo que se llamó Operación Espartano Glorioso, más de 100 F-15s y F-16s israelíes volaron más de 1,000 millas a Grecia, poniendo a prueba su capacidad de volar lo suficientemente lejos como para impactar las instalaciones nucleares de Irán. Tales ejercicios se volverían más frecuentes.
Durante los años siguientes, Israel estuvo cerca de lanzar un ataque aéreo muchas veces. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu fue detenido repetidamente por sus ministros y jefes de seguridad que temían iniciar una guerra con Irán o airar a Washington, el cual en la época favorecía un enfoque diplomático.
Los estrategas militares israelíes siguieron planeando un ataque, incluyendo una guerra en múltiples frentes con las fuerzas satélites iraníes Hamas en Gaza y Hezbola en Líbano. Hubo también un dilema acerca de volar sobre Siria, entonces un estado enemigo bajo la influencia iraní.
Después de los ataques de Hamas del 7 de octubre del 2023, Israel ha pasado los últimos casi dos años diezmando a Hamas. También debilitó seriamente a Hezbola, cuyo apoyo había ayudado a apuntalar al régimen de Siria. Las fuerzas de la oposición luego derrocaron al gobierno de Siria, poniendo en vigencia un gobierno contrario a Irán, lo que despejó el camino para que los aviones israelíes cruzaran el espacio aéreo del país sin ser obstaculizados.
Para ese momento, las redes de espías israelíes dentro de Irán eran lo suficientemente extensas como para rastrear el movimiento de sus líderes militares y establecer bases de drones dentro del país que podrían desempeñar un rol crucial en destruir los sistemas de defensa aérea de Irán durante el ataque.
Israel pudo probar aun más la capacidad de largo alcance de sus aviones de combate cuando atacó a los rebeldes hutíes en Yemen durante el año pasado. También neutralizó los sistemas de defensa aérea más avanzados de Teherán, los rusos S-300, en ataques en abril y octubre del 2024.
Esos ataques por parte de Israel llegaron en respuesta a grandes andanadas de misiles desde Irán, los que fueron repelidos en gran medida por las defensas aéreas israelíes junto con la ayuda de Estados Unidos y otros aliados. Los intercambios con Irán dieron a Israel la confianza que podría enfrentar directamente a su superpotencia rival regional.
Con tantas piezas en su lugar, los planes para un ataque se intensificaron.
Operación Narnia
Sumando a la urgencia había una sensación en Israel que Irán había empezado a enriquecer uranio en niveles tales que estaría a meros meses de distancia de construir una bomba si quería hacerlo.
Temiendo que ya había perdido la batalla para suprimir el enriquecimiento de uranio de Irán, Israel lanzó una operación para eliminar a los científicos nucleares que podrían ayudar a su país a utilizar ese material para construir un arma nuclear, aun si los ataques israelíes dañaron o destruyeron sus sitios nucleares—la inverosímil misión Operación Narnia.
En noviembre del 2024, el ejército reunió a 120 de inteligencia y la fuerza aérea para decidir quien y qué estaría en sus miras cuando comenzara el combate.
Al final, la conferencia elaboró una lista de más de 250 objetivos, incluidos los científicos que los israelíes querían eliminar, los sitios nucleares, lanzadores de misiles y funcionarios militares iraníes.
Otra prioridad fue descubrir cómo obtener la superioridad aérea sobre Irán desde el vamos. Esto allanaría el camino para que los aviones israelíes sigan golpeando la larga lista de objetivos durante los siguientes 12 días. Los funcionarios israelíes hicieron referencias cruzadas a miles de fuentes de inteligencia para mapear los sistemas de defensa aérea de Irán.
El Mossad intervino para apoyar esa iniciativa. Sus agentes pasaron meses contrabandeando dentro partes para cientos de drones cuadricópteros cargados con explosivos—en maletas, camiones y contenedores—tanto como municiones que podrían ser disparadas remotamente desde plataformas no tripuladas. Equipos chicos armados con el equipo se establecieron cerca de los emplazamientos de la defensa aérea y sitios de lanzamiento de misiles de Irán, listos para eliminar los sistemas de defensa una vez que Israel lanzara su ataque.
Israel también lanzó drones más grandes desde su propio territorio en el ataque. Las capacidades de larga distancia de algunos de los drones fueron puestas a prueba por primera vez la noche anterior al ataque, de acuerdo con una persona al tanto del tema.
Engaños israelíes
Netanyahu y sus asesores militares tomaron la decisión final el 9 de junio de atacar cuatro días más tarde, de acuerdo con un funcionario de seguridad israelí.
El equipo de Netanyahu sabía que tendrían que disimular sus planes para garantizar que los iraníes no tomaran medidas de precaución, tales como dispersar a sus científicos y líderes militares.
La oficina de Netanyahu anunció que él estaría tomando pronto un fin de semana de vacaciones, seguido por la boda de su hijo mayor, Avner, el lunes 16 de junio.
Ninguno de los asistentes—incluidos Avner o la esposa de Netanyahu, Sarah—sabían que el primer ministro estaba planeando retrasar la boda, dijo más tarde el primer ministro. El continuó como siempre, para no advertir a los iraníes.
Mientras tanto, los funcionarios israelíes estuvieron filtrando informes a los medios de comunicación sugiriendo una diferencia entre Netanyahu y el Presidente Trump acerca de si lanzar o no un ataque. Las filtraciones incluían detalles de una llamada telefónica entre Netanyahu y Trump cuatro días antes que empezara la operación, en la cual Trump dijo al líder israelí que quería que la diplomacia siga su curso antes de recurrir a las opciones militares.
El día de los ataques, Trump dijo a los periodistas que Estados Unidos e Irán estaban "bastante cerca de un acuerdo" y que él no quería que los israelíes "participen."
Los funcionarios israelíes también dijeron a los periodistas que un ataque era inminente, pero que ellos esperarían a ver el resultado final de una sexta ronda de conversaciones nucleares entre Washington y Teherán programada para el domingo.
En realidad, los generales ya estaban haciendo preparativos de último minuto para el ataque.
La clave para el engaño, dijo un funcionario de seguridad familiarizado con la planificación de la operación, fue la idea implantada en las mentes de los iraníes que Israel no atacaría sin autorización y participación estadounidenses. En tanto Estados Unidos no estuviera movilizando sus fuerzas y estuviera involucrado en las negociaciones, Israel podría amenazar con atacar e incluso movilizar sus tropas a plena vista de Irán sin renunciar al elemento sorpresa.
De hecho, mientras los aviones israelíes despegaban, Trump publicó en Truth Social: “¡Seguimos comprometidos con una Resolución Diplomática a la Cuestión Nuclear de Irán!”
Reunión condenada al fracaso
Una parte clave del plan final fue sacar de juego al liderazgo de las fuerzas armadas de Irán de una sola vez—la campaña conocida como Boda Roja. La medida impediría cualquier represalia inmediata, mientras gana tiempo para que los aviones de combate y drones israelíes eliminen los lanzadores de misiles iraníes, disminuyendo así la respuesta inevitable de Irán.
A medida que se aproximaban los aviones israelíes, sin embargo, surgió un problema. El liderazgo de la fuerza aérea iraní estaba de pronto en movimiento.
Los funcionarios israelíes en su búnker empezaron a sudar. Era posible que el plan entero se estuviera deshaciendo y que los iraníes estuvieran sobre ellos.
Pero para el asombro del alto mando israelí, en lugar de dispersarse, los líderes de la fuerza aérea iraní se reunieron en un lugar—sellando su suerte. Los misiles israelíes empezaron a volar.
Las explosiones también destrozaron las casas de los científicos, eliminando a nueve en ataques casi simultáneos para impedirles que se escondan. A pesar de sus bajas probabilidades, Operación Narnia estaba teniendo éxito.
Los misiles luego atacaron también las estaciones de radio, baterías antiaéreas y misiles tierra-tierra iraníes. Pronto las agencias de inteligencia israelíes pudieron confirmar que los objetivos humanos cuyos nombres habían recopilado allá por noviembre, habían sido eliminados casi todos.
En alrededor de cuatro horas, la operación inicial había terminado.
En los días siguientes, los aviones israelíes bombardearon los sitios de producción nuclear y de misiles balísticos y los lanzadores iraníes, mientras también perseguían a los líderes militares y científicos nucleares iraníes. El martes fue declarado un cese del fuego.
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