Aquí está la historia completa, narrada como si un anciano sabio te la susurrara junto a una vela encendida:
El Gólem de Praga – La leyenda completaEn la ciudad de Praga, hace cientos de años, cuando los judíos vivían bajo amenazas y falsos rumores, habitaba un gran sabio conocido como el Maharal, cuyo verdadero nombre era el rabino Judá Loew ben Bezalel.
Era un hombre pequeño de cuerpo, pero enorme de espíritu. Sabía leer la Torá como quien escucha la respiración del universo. Por las noches, cuando la ciudad dormía, él estudiaba la Cábala, buscando comprender los secretos escondidos en cada letra hebrea.
Una noche, después de un sueño inquietante, el rabino recibió una visión: el pueblo de Israel estaba en peligro. Praga ardía en sombras y acusaciones falsas. Supo entonces que no bastaría con rezar. Esta vez, también debía crear.
El nacimiento del GólemA medianoche, el rabino salió hacia la orilla del río Moldava con dos discípulos fieles. En silencio, recogieron barro oscuro, pesado como si el mismo suelo recordara antiguas lágrimas.
El rabino modeló una figura humana… alta… sin expresión… inmóvil.
Luego comenzó el acto prohibido y sagrado.
Caminó alrededor del cuerpo de barro siete veces, recitando combinaciones secretas del Nombre Divino. Letras invisibles flotaban en el aire como brasas encendidas.
Finalmente, escribió una palabra en la frente de la criatura:
> EMET (אמת) – Verdad
Y entonces… el barro tembló.
Los ojos se abrieron.
El Gólem respiró.
El guardián del guetoDesde aquella noche, el Gólem obedecía una sola voz: la de su creador.
No hablaba.
No sentía.
No cuestionaba.
Vigilaba el gueto por las noches. Espantaba a los agresores. Caminaba entre las sombras como una muralla viva.
El pueblo comenzó a dormir en paz. Por primera vez en años, los niños jugaron sin miedo.
Pero el rabino… no dormía.
Porque había tocado un secreto que no pertenece al hombre.
La desobedienciaCon el tiempo, el Gólem comenzó a cambiar.
Sus movimientos se volvieron bruscos. Sus ojos, más vacíos. Un día, su fuerza rompió una puerta sin motivo. Otro día, destruyó un objeto sagrado.
Hasta que llegó el Shabat.
El Gólem olvidó detenerse.
Y caminó…
y rompió…
y no escuchó…
La creación sin alma empezaba a convertirse en destrucción sin conciencia.
El rabino comprendió entonces que había creado una protección… que podía convertirse en maldición.
La muerte del GólemEn el ático de la sinagoga antigua, el rabino enfrentó a su creación.
Con manos temblorosas, se acercó a su frente…
Y borró la primera letra de la palabra EMET.
La palabra quedó así:
> MET (מת) – Muerto
El Gólem cayó al suelo…
sin vida…
sin voz…
sin historia…
Solo barro.
El secreto guardadoSe dice que su cuerpo fue ocultado en el ático de la sinagoga.
Y que aún hoy…
descansa allí.
No para levantarse…
Sino para recordarnos:
No todo lo que puede hacerse, debe hacerse. El poder sin alma no protege… devora. Solo Dios da vida verdadera.Fuente: Judíos Jasídicos
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