En mi visita autorizada y guiada al Kibutz Kfar Aza, una de las historias más impactantes que escuche fue la de Niv Raviv y Nirel Zini, ellos eran una pareja comprometida.
El era un ex soldado valiente y decido a progresar dentro del ejercito, se destacaba por encima de la mayoria lo que lo llevo a ascender en jerarquía. En 2015, el 10 de octubre, tuvo un episodio tan fuerte en un entrenamiento que estuvo muerto 15’ literalmente. Consideran un milagro que haya vuelto a la vida después de tantos minutos sin pulso.
Esto le dejo secuelas y fue dado de baja para que inicie otro tipo de vida. Cada 10 del 10 festejaba su segundo nacimiento.
El 10 de octubre de 2023 le tenia preparada una gran sorpresa a su prometida, le propondria matrimonio y dejar de festejar ese segundo aniversario de nacimiento para comenzar a celebrar el de su casamiento.
Pero el 7 de octubre los planes cambiaron. Inmediatamente Niv se dio cuenta de lo que sucedía, se encerraron en su casa y trataron de pasar desapercibidos. Hasta que el vio como a sus vecinas, las ex rehenes Ronen y Emily, eran secuestradas. Tomo un cuchillo grande de cocina y se lanzo por sorpresa contra uno de los terroristas hasta matarlo de rapidas y certeras puñaladas.
El resto de los terroristas recien se percataron cuando vieron el cadaver de la rata, y de inmediato se dieron cuenta cual era la casa de donde habia salido el que lo mató. Luego de inútiles balazos, le incendieron la casa y no tuvieron mas remedio que salir por la ventana trasera del cuarto seguro.
Alli los aguardaban!!
El 7 de octubre, fueron asesinados juntos con una brutalidad inimaginable a pocos metros de su hogar del kibutz Kfar Aza por terroristas de Hamás. Cuando hablo de brutalidad, hablo de un ensañamiento inhumano que no necesito describir.
Gracias a los dos por ser un ejemplo de valor y solidaridad, el final fue doloroso, pero muy posiblemente no hubiera sido distinto al que fue si se mantenían en silencio, ese sector de gente joven y el mas cercano a la alambrada de la frontera fue atacado casa por casa.
En el auto de él, se encontraron las alianzas escondidas en la guantera.
En una de las fotos podran ver como tuvo la pericia y la rapidez de sacar el picaporte del lado de afuera de la puerta de su casa.
Un familiar me permitió poner una flor en un mural pegado en la casa, y ambos conmovidos nos largamos a llorar juntos.
Su padre y su hermano mantienen viva sus memorias y su casa se ha convertido en un santuario.
Benditas sean sus memorias, héroes del kibutz Kfar Aza 




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