viernes, 5 de agosto de 2011
LAS NUEVAS REGLAS DE HAMA
Esta vez las cámaras de los teléfonos celulares estan exponiendo la brutalidad de Assad
1/8/11
En 1982 el régimen sirio de Hafez Assad asesinó a al menos 10000 de su propio pueblo en la ciudad de Hama, y el resto del mundo se encogió de hombros. Hama estuvo nuevamente bajo sitio ayer, y al menos 60 civiles han muerto en el ataque del ejército sirio. Pero esta vez el mundo está tomando nota, y tal vez incluso eso hará una diferencia.
Tal vez la diferencia más grande sea la cámara de teléfono celular. El régimen de Bashar Assad ha prohibido en su mayoría a los medios de comunicación extranjeros, y no hay prensa independiente local para expresarse. Sin embargo, desde que comenzó el levantamiento de Siria a mediados de marzo ha habido un flujo constante de imágenes y videoclips de casi todas las ciudades de Siria, que muestran claramente el alcance, intensidad y frecuencia de las protestas, así como la brutalidad de la represión del régimen.
Las cámaras de teléfono celular y otras formas democratizadas de los medios electrónicos han reducido los embargos de información y propaganda del régimen. Nadie cree a Bashar. Nadie está permitiendole cambiar de tema provocando enfrentamientos con Israel, y para un cambio nadie está olvidando la clase de régimen que el maneja. Incluso el gobierno de Obama, que ha invertido tanta esperanza en el involucramiento de Damasco por el bien del proceso de paz árabe-israelí y sus otras ilusiones de Medio Oriente, se ha desilusionado sobre el hombre que una vez creyó era un reformista.
Ayer el presidente Obama denunció el uso por parte de Assad de "la tortura, la corrupción y el terrorismo" y dijo que el dictador era "totalmente incapaz y estaba poco dispuesto a responder a las reivindicaciones legítimas del pueblo sirio." El tiene razón, aunque nosotros nos preguntamos cuánto más sufrimiento tendrán que soportar los sirios antes que la Administración pida explícitamente un cambio de régimen.
Assad probablemente entiende que el no puede arriesgarse al tipo de ataque con múltiples víctimas fatales sobre Hama que funcionó para su padre—aquellos teléfonos estan observando—lo cual es el motivo por el que el ha tenido que calibrar su uso de la fuerza. Pero la poca restricción que ha mostrado el durará sólo en tanto tenga genuinas razones para temer que pagará un precio en la reacción mundial, incluyendo que un ataque estilo Gadhafi sobre una de sus ciudades se encuentre con intervención militar occidental.
Hasta ahora, Obama ha dado a Assad pocas razones para temer ese escenario, y el curso inconexo de la intervención libia le da aún menos. Si EEUU y sus socios de la OTAN quieren aumentar las posibilidades de un resultado decente en Damasco, ellos deben terminar
rápidamente el trabajo que comenzaron en Trípoli.
Al menos el Congreso no está quieto. Esta semana los senadores de Illinois Mark Kirk y Kirsten Gillibrand de Nueva York planean presentar un Acta de Sanciones a Siria de 2011, la cual apunta a la industria energética del país. Aunque Siria es un actor menor en el mercado energético internacional, sus ventas de petróleo este año representarán casi un cuarto- unos $4 mil millones- de sus ingresos anuales. Damasco importa gran parte de su petróleo refinado para satisfacer sus necesidades diarias de energía, ya que carece de capacidad de refinación.
Nosotros estamos a favor de estas sanciones, y más de cualquier otra cosa que pueda acelerar la caída de la Casa Assad. Para la gente de Hama, sin embargo, no servirá de mucho. Para que su tragedia no se vaya a repetir, ellos merecen más de Occidente que el triste reconocimiento de las imágenes que están capturando.
Fuente: The Wall Street Journal- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba.
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