¡SHABAT SHALOM!
EL ARTE DE LA FELICIDAD
La felicidad no es algo que “te suceda”.
Jamás deriva de un factor externo.
Ni tampoco depende de algo o de alguien.
Ni de un buen trabajo, ni de una linda casa, ni de otra persona.
*
La felicidad que todos buscamos comienza y termina en cada uno de nosotros.
Primero en saber “quiénes realmente somos”, y luego “en ejercer lo que somos”.
Porque la felicidad es lograr ser uno mismo en la máxima expresión.
Y si no sabes quién eres, ¿cómo podrías ejercerte a ti mismo?
*
El pájaro, es él mismo; el gato, es él mismo; el manzano, es él mismo.
Nadie se le ocurriría a un pájaro “proponerle” o “aconsejarle” que es mejor y más conveniente para él, comportarse como una tortuga.
La única creatura capaz de “no ser él mismo” o “de ser a medias”, es el ser humano.
Es la condición del libre albedrío
*
Conocerte a ti mismo no es conocer tu “personalidad”, tus “tendencias”, tus “gustos”, sino tu “esencia”.
Tu forma propia, y la que te torna único e irremplazable.
Es lo único que explica el por qué el mundo te necesita y no puede sin ti.
Es tu sello sagrado de nacimiento.
Es clarificar, de una vez por todas, qué haces en este mundo.
*
Y si no te atreves a dar ese salto mortal hacia ti mismo, tampoco pretendas ser feliz.
Puedes reírte, pasarla bien, estar contento, y satisfecho.
Pero la plenitud, que es la que únicamente otorga la felicidad interior, te estará vedada por el resto de tus días.
No permitas que nadie te aparte de tu eje: ni tu pareja, ni tus amigos, ni tu jefe.
Porque el que realmente te quiere, el que afirma que te ama, lo único que desea es que seas tú, con tu máximo brillo.
*
Saber quién eres y ejercerte, es el primer y máximo Mandato.
No hacerlo, es la máxima transgresión imaginable.
Porque “no matar” también incluye el no matarte a ti mismo.
Aunque permanezcas con vida.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.