El cerebro detrás de ChatGPT.
Según el diario The Jerusalem Post, Sam Altman fue el judío más influyente del año 5783.
La Inteligencia Artificial está cambiando rápidamente el mundo, trasformándolo de maneras que aún no podemos comprender del todo.
Si bien la IA ya era conocida para algunos, se convirtió en un término familiar en 2023, y ninguna herramienta está más asociada con ella que ChatGPT.
Este chatbot, desarrollado por OpenAI, con sede en San Francisco, se lanzó inicialmente en noviembre de 2022.
Sin embargo, ganó una atención generalizada a principios de 2023, convirtiéndose en la aplicación para consumidores de más rápido crecimiento de la historia, con 100 millones de usuarios mensuales en enero.
Ahora tiene un promedio de más de 1800 millones de visitas al mes.
La pregunta no es qué es lo que puede hacer ChatGPT, sino qué no puede hacer. Desde redactar un sermón sobre la porción semanal de la Torá, hasta idear una receta para un excelente cóctel de verano, planificar el itinerario para una escapada urbana, o escribir un nuevo soneto de Shakespeare, todo lo cual he hecho usando la plataforma, ChatGPT está revolucionando de innumerables maneras la forma en que recopilamos y procesamos información, generamos contenido y vivimos nuestras vidas.
Detrás de todo está Sam Altman.
El cofundador y director ejecutivo de OpenAI, de 38 años, nació en una familia judía en Chicago, y se crió en Saint Louis.
Estudió informática en la Universidad de Stanford, pero abandonó los estudios a los 19 años para cofundar la aplicación de redes sociales basada en la ubicación Loopt.
En 2011 se convirtió en socio de Y Combinator, una aceleradora de empresas emergentes que ha ayudado a lanzar miles de compañías, incluyendo Airbnb, Dropbox y Reddit, y se convirtió en presidente de la empresa en 2014.
En 2020, Altman dejó Y Combinator para convertirse en director ejecutivo de OpenAI, la cual había ayudado a lanzar con algunos de los nombres más importantes de la tecnología, incluidos Elon Musk, Peter Thiel, Microsoft y Amazon.
Hoy en día Altman es el rostro de OpenAI y, en muchos sentidos, de la propia IA, y viaja por el mundo para discutir el deslumbrante potencial de esta tecnología de vanguardia, reconociendo al mismo tiempo sus profundos riesgos.
«Mitigar el peligro de la IA, debería ser una prioridad mundial junto con otros riesgos a escala social, como las pandemias y la guerra nuclear», se lee en una declaración que firmó junto con otros líderes de la industria en mayo, y ha pedido una regulación global para prevenir que la tecnología sea utilizada con fines adversos o de “volverse loca”.
Al mismo tiempo, está convencido de que los beneficios de la IA para la humanidad podrían ser mayores a todo lo imaginable. “Estamos a punto de entrar en la mayor edad de oro”, dijo recientemente ante una audiencia en Seúl.
Altman no es el único miembro judío del equipo de liderazgo de OpenAI.
El cofundador de la empresa, Ilya Sutskever, nació en Rusia e hizo aliá a Israel con su familia a los cinco años. Creció en Jerusalén, y asistió a la Universidad Abierta de Israel, antes de mudarse a Canadá y estudiar en las universidades de Toronto y Stanford. Hoy se desempeña como científico jefe de OpenAI.
Los dos visitaron Israel en junio, y Altman elogió la floreciente escena tecnológica del país; opina que el Estado judío desempeñará un “papel enorme” en la IA.
En declaraciones a The Jerusalem Post, el primer ministro Benjamín Netanyahu —quien había conversado con Altman durante su visita— se hizo eco de su opinión.
«Estamos avanzando hacia la IA con toda la fuerza», dijo Netanyahu
«Israel está recibiendo el 20% de las inversiones mundiales en nuevas empresas de inteligencia artificial, y vendrán más».
Al testificar ante el Congreso de Estados Unidos a principios de este año, Altman comparó el rápido surgimiento de la IA con la invención de la imprenta.
Si es así, puede que él sea un Gutenberg moderno que marque el comienzo de una revolución de la información que la humanidad nunca había visto antes.
«Soy un judío del Medio Oeste norteamericano», dijo Altman recientemente a la revista Time. «Creo que eso explica completamente mi modelo mental: muy optimista, pero preparado para que las cosas salgan muy mal en cualquier momento».
Fuente: The Jerusalem Post.
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.
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