¿COMO PUDIERON EQUIVOCARSE TANTO LOS JOVENES QUE HASTA APLAUDEN A LOS ASESINOS Y VIOLADORES DE HAMAS?
Por Douglas Murray
Abril 3, 2025
traducida por Marcela Lubczanski
Estaré lanzando mi nuevo libro el viernes al atardecer en la Universidad de Columbia. “Sobre Democracias y Cultos a la Muerte: Israel y el Futuro de la Civilización” estará disponible en todas las buenas librerías el 8 de abril y está disponible para la preventa ahora.
Acepté la invitación de los buenos estudiantes de Columbia porque es precisamente en tales instituciones que hemos visto una de las cosas más perturbadoras sucediendo desde los ataques del 7 de octubre del 2023.
Ustedes habrían pensado que cuando mujeres jóvenes son violadas por bandas de hombres armados, los estadounidenses jóvenes no estarían del lado de los violadores.
Cuando una fiesta de gente joven en una fiesta de baile en las primeras horas es atacada por camiones cargados de terroristas armados, ustedes pensarían que sería una pregunta fácil de entender: ¿Deberían ustedes estar del lado de la gente joven desarmada y aterrorizada que está siendo perseguida en los bosques y los campos, violada, tiroteada y macheteada frente a sus amigos?
¿O deberías estar del lado de los monstruos que cometieron esos actos—las personas que caminaron entre las pilas de cadáveres para ver quién podría todavía estar vivo, quién podría ser secuestrado y robado de su familia?
Un sobreviviente de la fiesta Nova me contó que vio a una mujer joven de rodillas frente a una banda de hombres armados. Su mejor amiga acababa de ser asesinada frente a ella. Los terroristas estaban debatiendo si matarla o secuestrarla.
“No quiero morir,” estaba gritando ella. Los terroristas le dispararon en el rostro mientras estaba gritando.
¿Es difícil decidir de que lado estar después de una atrocidad como esa? Para mí, no lo es. Para la mayoría de los estadounidenses, no lo es.
Pero un número alarmante de personas—especialmente los más jóvenes y más privilegiados en nuestra sociedad—eligieron el otro lado. En lugar de estar del lado de las víctimas, ellos se pusieron del lado de los perpetradores.
Ellos podrían haber tomado partido por la gente que había sido secuestrada—incluidos estadounidenses jóvenes como Edan Alexander, de 21 años de edad, de New Jersey, quien está todavía siendo retenido en el cautiverio de Hamas. En su lugar, ellos tomaron partido por los secuestradores.
Ellos lo hicieron mucho antes que comenzara la respuesta militar de Israel en Gaza, una acción con dos objetivos—para liberar a los rehenes y destruir a Hamas.
Nosotros ahora sabemos que el día 7 de octubre, grupos pro-terroristas en Estados Unidos se estaban organizando para atacar a Israel—para demonizarla y mentir sobre ella. Como informé aquí en The Post en la época, el 8 de octubre, algunos de estos partidarios terroristas se reunieron en Times Square—para apoyar las masacres mientras todavía estaban sucediendo.
Nada de esta demencia moral sucedió debido a las acciones de Israel. Sucedió porque tenemos personas en nuestro medio que están del lado de los violadores, asesinos, decapitadores y secuestradores.
¿Qué diablos ha salido mal? Esta es una de las grandes preguntas que planteo—e intento responder—en mi nuevo libro. Lo hago porque creo que el estallido de desorden y violencia que ha explotado en las calles y campus de esta ciudad desde el 7 de octubre del 2023, no es el problema de Israel. Es nuestro.
Observen a las personas que están cortando las calles y campus en New York. Ahora ellos están protestando por la detención de uno de los organizadores de las protestas de Columbia—Mahmoud Khalil. Ayer, estudiantes en Columbia se encadenaron a una puerta en protesta en lo que ellos llaman el "secuestro" de Khalil por parte de las autoridades de migraciones de Estados Unidos.
Debo haberme perdido el momento en que se encadenaron a las puertas para protestar por el secuestro real de Edan Alexander. O de Hersh Goldberg-Polin, de California, quien fue secuestrado del festival musical Nova, retenido cautivo durante un año y asesinado por Hamas.
Algunos defensores de Khalil han pasado las últimas semanas diciendo que él no hizo nada malo. Ellos están tratando de fingir que este agitador de 30 años de edad con un permiso de residencia que estaba viviendo extrañamente en un alojamiento estudiantil a pesar de no ser estudiante, es alguna especie de mártir de la libertad de expresión. Ellos fingen incluso ahora que todo lo que hizo fue actuar como un “negociador” para los estudiantes pro-Hamas.
Nada podría estar más lejos de la verdad.
Khalil sirvió como el portavoz de un grupo que se llamó a sí mismo Columbia University Apartheid Divest (Desinversión del Apartheid de la Universidad de Columbia).
Este grupo declara en su propia declaración de misión que está “luchando por la erradicación total de la civilización occidental.” Es bueno saberlo. También afirma que los ataques del 7 de octubre fueron “una victoria moral, militar, y política.”
Epa.
Entonces personas como Khalil y sus amigos dejaron muy en claro de qué lado estaban. Ellos desprecian cualquier y toda acción del ejército de Israel para defenderse. Ellos describen cualquier cosa que hagan las FDI como “genocidio,” “limpieza étnica,” “supremacía blanca” y más. Las acciones de las FDI no son ninguna de estas cosas.
Ninguno de estos títeres puede explicar cómo la población de Gaza puede a la vez crecer en tamaño y ser sometida a un genocidio. La consistencia y racionalidad son tan extrañas para ellos como lo son la decencia y moralidad.
Pero estos manifestantes han elegido bien su objetivo. Ellos creen que Israel es absolutamente central para el Occidente. Concuerdo con ellos. Ellos creen que el estado judío es vitalmente importante. Concuerdo con ellos.
Donde discrepamos es en que yo quiero que el estado judío prospere y tenga éxito—en paz con sus vecinos. Estos grupos quieren que sea eliminado.
Y, como han dejado en claro Khalil y sus amigos, Israel es apenas el primer país en su mira. Pero de ninguna manera es el último. Estos grupos odian a Estados Unidos de América más que a ninguna otra cosa. Ese es el motivo por el que utilizan a este país, abusan de este país, escupen a este país, dicen que quieren destruir este país y queman la bandera estadounidense en cualquier oportunidad que tienen.
Este es un momento civilizacional. Y creo que Israel muestra cómo podemos ganarlo.
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