miércoles, 25 de junio de 2025

DEL JFEED

 ISRAEL PUEDE ESTAR ABANDONANDO IRAN, PERO EL MOSSAD NO

Doce días de fuego y violencia revelaron una verdad más profunda: la guerra de Israel no fue sólo contra las armas nucleares de Irán, fue contra la pesadilla de Irán.

Por Eli Gotthelf
Junio 24, 2025
TRADUCIDA POR 

Marcela Lubczanski

En el crepúsculo humeante de Teherán, la base militar Fajr permanece en silencio, con cráteres, quemada, destrozada por dentro. Hace una semana era un cuartel general bullicioso de la Basij, el brazo paramilitar del CGRI que durante décadas aplicó el temor en las calles. Hoy es escombros.
Pero si ustedes escuchan atentamente, más allá del silencio de los muros colapsados, más allá de las transmisiones del régimen llenas de pánico en la radio estatal, ustedes oirán algo más: pasos. Susurros. El retorno silencioso de la guerra invisible.
Israel puede estar abandonando el escenario, pero el Mossad acaba de tomar el centro de la escena.
El ayatola aun respira. Por ahora.
Ali Khamenei, el líder supremo de Irán, tiene 86 años de edad. En cada aparición reciente, se ve más frágil, más espectral, un hombre mantenido con vida por el mito más que por las medicinas. Pero no se equivoquen: él todavía gobierna un régimen que sueña con aniquilar a Israel, exportar la yihad, y aplastar a sus propios ciudadanos bajo las botas de la teología y el acero.
La pregunta ya no es más si Khamenei morirá. La pregunta es cómo. ¿Se marchitará él lentamente en su palacio mientras el pueblo afuera quema cubiertas en protesta? ¿O el Mossad, ese fantasma paciente en la República Islámica, elegirá acelerar la historia?
El regalo silencioso de Israel al pueblo iraní
Es fácil perderse en medio del ruido de la política y el posicionamiento global, pero Israel acaba de hacer algo extraordinario. En el arco de doce días, lanzó una ola de ataques y operaciones encubiertas que desmantelaron no sólo la infraestructura nuclear de Irán, sino también los pilares de la represión interna que mantienen al régimen en el poder.
Esto no se trató sólo de misiles y centrifugadoras. Se trató del miedo — y del sistema que lo fabrica.
  • El 13 de junio, Israel decapitó al liderazgo del CGRI en un ataque aéreo histórico que eliminó a más de veinte comandantes de alto rango, incluido el jefe del CGRI, Hossein Salami, y el comandante aeroespacial, Amir-Ali Hajizadeh.
  • En los días que siguieron, los ataques tomaron como blanco las bases de la Basij en Zarandiyeh y Garmdareh, eliminando tanto a soldados de infantería como a comandantes regionales.
  • El 15 de junio, Irán confirmó las muertes del jefe de inteligencia del CGRI, Mohammad Kazemi y su adjunto, Hassan Mohaghegh, en un ataque profundo en Teherán.
  • El 20 de junio, un ataque aéreo israelí impactó supuestamente la base Karbala en Ahvaz, un centro sureño del CGRI, mientras otra operación neutralizó a un científico nuclear de alto rango en el distrito Gisha de Teherán.
  • El 23 de junio, en lo que puede ser recordado como el clímax simbólico, Israel atacó el cuartel general del Basij nacional en Teherán, las divisiones Tharallah y Saeed al-Shohada del CGRI, la puerta de entrada a la Prisión Evin, y el infame "reloj de cuenta regresiva de Israel" en la Plaza Palestina.
Estos no eran objetivos militares. Estos eran instrumentos de la tiranía.
La Basij, en particular, se ha vuelto una institución odiada en la sociedad iraní: una red de informantes, ejecutores, y soldados de base ideológicos que vigilan salones de clases, golpean a los manifestantes, y aseguran la lealtad ideológica hacia el régimen. Al atacarlos, Israel debilitó la columna misma del control interno de la República Islámica.
Con cada bomba, Israel entregó un mensaje codificado: Nosotros los vemos a ustedes. Nosotros los recordamos. Y estamos con ustedes.
Un manifestante de 26 años de Karaj, contactado a través de mensajes encriptados, lo dijo de esta manera: "La Basij destruyó la vida de mi hermano. El fue golpeado, encarcelado, torturado. El día que escuché que sus comandantes en Teherán fueron eliminados, lloré. No de tristeza, de justicia. Israel hizo lo que nosotros no podíamos."
El 7 de octubre nunca terminó
Para los israelíes la guerra comenzó el 7 de octubre del 2023, cuando Hamas desató una masacre bárbara que arrasó pueblos, casas y familias. Pero en Jerusalén, el entendimiento fue inmediato: este no era sólo Hamas. Las huellas digitales de Irán estaban en todas las armas, el dinero y la estrategia.
Y así comenzó el largo arco de la justicia.
Pero la justicia, la verdadera justicia, lleva tiempo. Lleva silencio. Lleva sombras. Lo cual es el motivo por el que, cuando los aviones regresan a sus hangares y se debaten ceses del fuego en los podios, la guerra del Mossad está apenas empezando.
Esto no se trata sólo de venganza. Se trata de prevención. Si se permite que el régimen se reagrupe, reconstruya su programa nuclear, reorganice la Basij, silencie a los disidentes, el 7 de octubre se repetirá. Tal vez no en Gaza. Tal vez en Chipre. Tal vez en New York.
Una red que se construyó durante 30 años
La República Islámica no es una fortaleza. Es un laberinto, y el Mossad tiene el mapa.
Durante tres décadas, la inteligencia israelí insertó activos a lo largo de cada capa del régimen: desde científicos nucleares a los oficiales de la Guardia Revolucionaria, desde hackers en Shiraz a gerentes de depósitos fuera de Isfahan. ¿El robo en el 2018 del archivo nuclear iraní? ¿El sabotaje de las centrifugadoras? ¿Las eliminaciones de los comandantes de alto rango del CGRI? Todo ello fue práctica.
Y esta guerra, esta guerra corta, brutal y quirúrgica, reveló exactamente cuan profundo corre esa red.
Desmantelarla ahora sería como quemar tu brújula en un desierto. No. El Mossad no se irá. No puede irse.
La guerra no terminó. Sólo cambió de uniforme
No hay más estelas de misiles encendiendo el cielo sobre Qom. Pero hay señales. Sonidos silenciosos. Nombres desapareciendo de las listas del régimen. Camiones de abastecimiento que nunca llegan. Explosiones que nadie se atribuye.
Así es como caen las tiranías: no siempre con una revolución, sino con podredumbre.
Y la podredumbre ha comenzado.
Al pueblo iraní: ustedes no están olvidados. No por la historia, no por el destino, y no por Israel.
Ustedes han visto la debilidad de sus gobernantes. Ustedes los han observado suplicar que los agentes del Mossad se rindan. Ustedes han visto caer la máscara del régimen.
La guerra puede haberse pausado sobre la superficie. Pero debajo, sigue arreciando.
Y ustedes no están solos.

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