miércoles, 30 de mayo de 2012

Raíces judías en una tribu indígena

de Cidipal, el miércoles, 30 de mayo de 2012 a la(s) 14:28 · La expulsión de España condujo a la dispersión de los judíos en muchos países y continentes lejanos y, según aparece ahora, su influencia dio señales también en alejadas tribus indígenas. Un estudio genético realizado por investigadores de Sheba, encontró que los judíos que emigraron de España en la época de Colón hacia América se arraigaron entre los indígenas –cuyos descendientes viven, en el presente, en Estados Unidos. Los investigadores hallaron una mutación genética especial de los judíos entre las comunidades de indígenas mexicanos, que residen en el sudoeste de Colorado. Según palabras del jefe del equipo de científicos, el Profesor Eitán Friedman, Director de la Unidad de Onco-genética de Sheba, “Esos indígenas no conservaron ninguna costumbre ni conocen su procedencia judía, pero a partir de la mutación señalan que son descendientes de judíos marranos de España”. El estudio, realizado con cooperación internacional, examinó modelos de familias de todo el mundo en las que se situó una mutación del gen BRCA1, conocido en la comunidad médica con el nombre de “Mutación askenazi”. La misma es popular entre los judíos de origen askenazi y aumenta el riesgo de desarrollar el cáncer de mama. La mayoría de las familias examinadas fueron localizadas en Israel; entre ellas, familias de origen askenazi e iraquí y, sin embargo, la mutación fue encontrada en familias judías procedentes de India, familias británicas de la ciudad de Manchester, en habitantes de Malasia, familias hispanas en Estados Unidos y, como se señaló, en la comunidad indígena mexicana. Los padres de esa comunidad fueron examinados con métodos de genética computarizada y quedó claro que el origen común a todos es el antepasado judío que emigró de Europa hacia Sudamerica en la campaña de Colón a América (1942), cuando los judíos fueron expulsados de España. Según los investigadores, el hallazgo de una mutación absolutamente igual a la mutación askenazi, representa una prueba genética de la emigración de los judíos marranos de España hacia un nuevo mundo y el pasaje de esa mutación a los indígenas locales. “Judíos que cargaron con esa mutación llegaron a Sudamérica y las familias que crearon con los indígenas fueron nómades, estableciéndose después en Estados Unidos”, cuenta Friedman. “El estudio demuestra que la mutación pasó a familias de indígenas mexicanos del mismo antepasado que emigró a Sudamérica o México a partir de Colón, al mismo tiempo que la expulsión de los judíos de España”. Se trata de una comunidad que reside en la zona denominada “Mesa Verde”, un cordón de tierras con descendientes de 15 tribus que parte de ellas, emigró a Estados Unidos desde Sudamérica y México y creció, significativamente, en los últimos años. Así, por ejemplo, en la tribu de Cora, que habita el Valle de Gunnison al oeste de Colorado, da cuenta de un aumento del 80% de la población entre los años 2000-2010. En el estudio, recientemente publicado en la revista científica European Journal of Human Genetics, participó junto a Friedman y la estudiante Yael Laitman, el investigador Jeffrey Weitzel, experto en Genética del Cáncer en California que identificó la mutación del gen entre 16 familias de comunidades indígenas. Las raíces de la mutación, que ubicó Weitzel entre las comunidades de hispanos en Estados Unidos, aún no fueron probadas como absolutamente idénticas a la mutación judía. Al mismo tiempo, en el estudio fueron examinados genes localizados en cinco familias británicas de la ciudad de Manchester en cooperación con el hospital de la ciudad de los Servicios Médicos de la capital en Gran Bretaña (NHS) asi como en 3 familias de Malasia, en cooperación con investigadores del Hospital de la capital, Kuala Lampur. En ausencia de relaciones entre Malasia e Israel, el análisis de ADN de Malasia fue trasladado a Israel a través de un hombre de contacto en Hong Kong. El trabajo encontró que la mutación examinada, tal como fuera identificada en esas familias, no pertenece al mismo origen de la mutación askenazi, sino que fue desarrollada en paralelo. “Dado que la mutación se desarrolló en algunas comunidades al mismo tiempo, nuestra evaluación es que será posible identificarla en otras poblaciones, por ejemplo de esquimales y japoneses”, dice Friedman. El estudio negó suposiciones anteriores con respecto al hallazgo de genes en judíos de Irak. En un análisis anterior, realizado hace 15 años en Sheba, cuando fueron examinadas familias judías askenazíes e iraquíes, se evaluó que, según la similitud entre las mutaciones, el origen de la mutación data de hace 2500 años tras la destrucción del Primer Templo y la división entre el judaísmo askenazi y el de Babel. En el actual trabajo se examinaron 15 indicadores genéticos diferentes vinculados a la mutación de las muestras de ADN reunidas de las familias, en cooperación con un investigador de la Universidad de Utah en Salt Lake City. Los análisis elevaron que en oposición a la hipótesis del estudio anterior el origen de la mutación en las familias judías de origen iraquí data de solo 450 años, hallazgo que da cuenta de una emigración no- documentada en la mayoría de los libros de historia de judíos de comunidades askenazíes en Europa e Irak, según parece, comerciantes. “La mutación askenazí”, significa un cambio en el gen BRCA1 en donde serían encontradas cuatro bases si bien una de las bases desapareció y condujo al acortamiento de la estructura genética y la interrupción de su actividad, cambio que fuera determinado en el pasaje entre generaciones y permaneciera a lo largo del tiempo. En la actualidad se sabe sobre tres mutaciones askenazíes que elevan el riesgo de cáncer de mama y son identificadas en estudios de sangre entre 2,5% de las mujeres judías de origen askenazi y 0,3% del total de mujeres en Israel. El motivo de los cambios genéticos de ese tipo, incluso hipótesis surgidas como consecuencia de los cambios ambientales como el cambio de clima, se desconocen aún.