jueves, 28 de diciembre de 2017

Créditos de las imagenes: Hebrew University.
Imagina que estás caminando por una calle concurrida como Times Square en Nueva York. Hay toneladas de gente alrededor. A medida que te abres paso entre la multitud, tu cerebro percibe varias caras pero ignora el resto.
¿Por qué es eso?
¿Cuáles son los procesos que determinan qué cara nuestro cerebro “elige” ver y aquellos que permite que se desvanezcan en el fondo?

Un nuevo estudio publicado en la prestigiosa revista Nature Human Behavior por el profesor Ran Hassin, de la Universidad Hebrea de Jerusalem (HUJI) describe cómo la mente inconsciente procesa rostros humanos y los dos tipos de caras que elige para ver conscientemente, a saber: los asociados con perfil dominante y amenazador y, en menor medida, con confiables.
Hassin y su equipo de investigación realizaron seis experimentos con 174 participantes.
En estos experimentos, los investigadores expusieron a los participantes a 300 conjuntos de imágenes que cambiaban rápidamente.
En un ojo, los participantes fueron expuestos a imágenes de rostros humanos, y en el otro ojo fueron expuestos a formas geométricas.
A continuación, se pidió a los participantes que presionasen una tecla de computadora tan pronto como vieran una cara humana.
Con la avalancha de estímulos imágenes y parpadeo rápido, tomó el cerebro unos segundos en comprender que estaba viendo una cara y luego la “transferencia” estas imágenes al cerebro consciente para su procesamiento.
Los investigadores observaron que las dimensiones que registraron más rápidamente los participantes fueron las que indicaron poder y dominio.
“Caminando por el mundo nuestra mente inconsciente se enfrentan a una enorme tarea: decidir qué estímulos ‘merecen’ notar consciente y cuáles no”, explicó Hassin.
“El algoritmo mental que descubrimos claramente prioriza el dominio y la amenaza potencial”, señaló.
“Literalmente vimos la velocidad con la que estas imágenes atravesaron la mente inconsciente y se registraron en un nivel consciente con cada pulsación de tecla”.
Durante la última década, Hassin ha centrado su investigación en el inconsciente humano, específicamente en la toma de decisiones, la memoria, la motivación y cómo se forman las opiniones.
“Este estudio proporciona una idea de los procesos inconscientes que dan forma a nuestra conciencia”, compartió Hassin.
“Estos procesos son dinámicos y, a menudo se basan en la motivación personal.
Hipotéticamente, si estás buscando una pareja romántica, tu cerebro ‘verá’ a las personas de manera diferente a como si ya estuvieras en una relación.
Inconscientemente, tu cerebro ‘priorizará’ las caras de los “socios” potenciales y restará importancia a otras caras.
Del mismo modo, lo mismo podría ser cierto para otras motivaciones, como evitar el peligro.
Tus ojos pueden distinguir ciertos rostros “amenazantes” de una multitud y evitarlos”.
 De cara al futuro, Hassin espera que estos hallazgos puedan allanar el camino hacia una mejor comprensión del autismo, el trastorno de estrés postraumático y otros trastornos mentales.
Puede ser posible entrenar y desanimar a las personas para que perciban ciertas dimensiones físicas como amenazantes.
Esto podría ser útil para aquellos que sufren de trastorno de estrés postraumático o depresión.
Del mismo modo, podríamos entrenar a las personas con autismo para ser más sensibles a las señales sociales“.
Este trabajo no solo es innovador al revelar cómo funcionan nuestras mentes inconscientes al proporcionarles a los científicos un nuevo conjunto de herramientas para abordar los trastornos conductuales y mentales, también.

 

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