Interesantísimo!
“¡Murió el mercader de la muerte!”
Este fue el titular de la sección de obituarios de un periódico francés en 1888 que erróneamente se refirió a Alfred Nobel, el sueco que inventó la dinamita.
En realidad, quien había fallecido era Ludwig Nobel, el hermano de Alfred.
El periódico caracterizó a Alfred Nobel como alguien que se había vuelto rico desarrollando nuevas formas de “mutilar y asesinar”.
Este prematuro obituario impactó profundamente a Nobel, quien se obsesionó con la forma en que sería recordado.
Cambió su testamento y legó la mayor parte de su increíble fortuna a una causa que sería admirada y celebrada por todos: el Premio Nobel que, hasta hoy en día, se entrega a científicos, escritores y personas que actúan en beneficio de la paz mundial”.
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