domingo, 27 de octubre de 2024

DE TIME (EXTRACTO)

 LA MUERTE DE YAHYA SINWAR


Por Karl Vick
Octubre 18, 2024
traducido por Marcela Lubczanski
El cadáver de Yahya Sinwar fue encontrado en el paisaje que él imaginó—los escombros polvorientos de una guerra apocalíptica encendida por el ataque furtivo que él había planificado en secreto por años, y lanzó el 7 de octubre del 2023. El problema fue que la lucha se extendió sólo 25 millas al este y como mucho cuatro millas al sur de la villa destruida en el sur de Gaza donde el líder de Hamas murió un año y nueve días más tarde. "El gran proyecto," como Hamas llamó al plan de Sinwar, no había englobado al Medio Oriente entero como esperaba, ni trajo el colapso de Israel. La zona cero para el apocalipsis sigue siendo la Franja de Gaza, el enclave palestino que Sinwar gobernaba cuando descargó el ataque que llevó a su destrucción.

El terrorismo se propone provocar una reacción exagerada. Si la primera fase del 7 de octubre—violar el cerco erigido por Israel y superar sus bases militares—fue una operación militar audaz, el ataque contra los asentamientos civiles más allá fue otra cosa. Durante sus 22 años en la prisión israelí, Sinwar fue un estudiante ávido no sólo de hebreo sino también de historia judía, incluidos pogromos. Su liberación en el 2011 trajo otra lección: Sinwar, conocido en la época como el "Carnicero de Khan Yunis" por su brutalidad en despachar a presuntos informantes, retornó a Gaza entre más de 1,000 prisioneros palestinos que Israel intercambió por la libertad de un solo soldado judío. Como ha observado el negociador israelí de rehenes: "El tema de los cautivos es nuestro punto débil.

La muerte de Sinwar puede abrir la puerta a un alto el fuego que libere a las docenas de rehenes israelíes que permanecen en Gaza. El Primer Ministro Benjamin Netanyahu, habiendo resistido un acuerdo mientras el arquitecto del peor ataque terrorista en la historia de la nación seguía prófugo, fue descripto en los informes como más abierto a uno en un llamado con el Presidente Joe Biden el jueves. Lo que se ha movido más allá de la imaginación son negociaciones de cualquier otro tipo.

Para la sombría matemática del asesinato en masa de Sinwar, el cálculo primario es la cuenta de cuerpos. La cuestión palestina está nuevamente en la agenda mundial, y la reputación global de Israel, ya sufriendo con su ocupación de medio siglo de los territorios palestinos, está profundamente manchada. La mayoría de las encuestas durante el último año han mostrado a los palestinos más inclinados a abrazar la militancia de Hamas, un acrónimo árabe por Movimiento de Resistencia Islámica. Pero esas cosas importan más en el ámbito de la paz negociada que Hamas rechaza: Camp David y Oslo fueron el prisma a través del cual el mundo veía el conflicto entre israelíes y palestinos. El 7 de octubre lo destrozó.

En las ruinas de Gaza, sin embargo, donde un millón novecientas mil personas han dejado sus casas y el riesgo de hambruna aumenta, el apoyo al ataque del 7 de octubre muestra señales de corrimiento. Confrontar a Israel en términos militares permite a Israel encuadrar la cuestión palestina como una cuestión no de aspiración nacional, o de justicia, sino como una cuestión de seguridad. Y, especialmente con los u$s17,900 millones en ayuda militar estadounidense este año, la seguridad es el traje fuerte de Israel. Tomada desprevenida por el ataque de Sinwar, desde entonces se ha movido metódicamente contra las fuerzas que Hamas había esperado llegarían en su ayuda—Hezbola en Líbano, los hutíes en Yemen, y su patrocinador en común, Irán. Este mes columnas israelíes se estaban dirigiendo de regreso al norte de Gaza, cortando la ayuda alimentaria y advirtiendo a los residentes que evacúen o serán vistos como objetivos.





Yahya Sinwar Time Magazine X cover
Ilustración de Tim O'Brien para TIME.

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