martes, 30 de agosto de 2011

Clarín en Libia


Todo parece precipitarse. Vuelven los rumores sobre el paradero del dictador Muammar Kadafi, que se multiplican fortaleciendo la sensación de que el cerco se estrecha. Son símbolos de la caída. Pero hay más. Ayer se supo que tres hijos del dictador, no los más prominentes, Aisha, Hannibal y Muhamad y su última mujer Safia, escaparon a Argelia, donde llegaron ayer .

El dato lo confirmó oficialmente la cancillería de ese país que, como Libia, está gobernada por una dictadura que nunca reconoció a los rebeldes y que también tiene una fuerte presión popular para que sea expulsada del poder y se llame a elecciones. El canal francés France 24 afirmaba anoche además que Aisha está en estado avanzado de embarazo . Y el Consejo Nacional de Transición rebelde libio aseguraba también al cierre de esta edición que uno de los más temidos hijos del dictador, Jamis, “el carnicero”, murió en combate al sur de Trípoli y fue enterrado .

Detrás de la familia también hubo una manada de kadafistas , cerca de un millar, que lograron cruzar en estas horas el paso de Ras Jdir, en Túnez, que el gobierno de ese país había cerrado desde la semana pasada.

Estas noticias de desbandadas se combinaron con el dato difundido por fuentes diplomáticas de que el dictador está en Bani Walid, al este de Trípoli.

Ayer la dirigencia del gobierno rebelde reclamó más ayuda internacional por la amenaza que supone que el hombre que manejó a su gusto este país por 42 años esté en libertad. “Ayuda” debe leerse como el desbloqueo de más fondos del dictador congelados en el norte mundial.

El presidente del Consejo de Transición, Mustafá Abdel Jalil, reclamó en Doha a la OTAN “y sus aliados que continúen protegiéndonos de este tirano”. “La guerra no ha terminado”, sentenciaron sus colaboradores.

El cielo limpio del anochecer en Trípoli parecía confirmarlo, como si cubriera con sus estrellas una danza de indios.

El retumbe de las explosiones de todo tamaño llegaba a tener hasta cierto ritmo como un concierto frenético junto a la bahía que se abre a la vista desde las ventanas del hotel de este enviado. Algunos sonidos llegaban fuertes como truenos de una tormenta cercana. Y de tanto en tanto una hilera de decenas de luces rojas cruzaba el firmamento haciendo rulos de destellos en el cielo.

La mayoría de todo eso es celebración, pero los estruendos más enormes eran de otro origen . La aviones de guerra de la Alianza Atlántica volvieron a atacar en las últimas horas por tercer día consecutivo las bases que el régimen instaló en Sirte, la ciudad natal del dictador y hoy blanco de la ofensiva rebelde que está concluyendo en Libia.

Pero además, la versión aquí es que hubo bombardeo de misiles el domingo a la noche por parte de la OTAN sobre posiciones que aún quedan de los kadafistas a 10 km del aeropuerto, muy cerca de esta ciudad y eso podría ser el origen de los estruendos más fuertes.

Esos “pockets” de resistencia como también los llaman aquí en inglés, están de todos modos cediendo en Trípoli, que comienza a cambiar su aspecto . Este enviado pudo comprobar en una larga recorrida la mañana de este lunes, que la ciudad parece más tranquila, hay niños en las calles jugando y riendo y los comercios comienzan a abrir. Eso es porque se han exterminado la mayoría de los nidos de francotiradores.

Quedan dos fuertes por vencer, la mencionada Sirte y Sabha en el desierto al sur, pero esa última localidad está ya virtualmente derrotada. Los rebeldes lograron tomar la única ruta desde Trípoli que permite el abastecimiento de agua y víveres por lo que sólo resta para ellos esperar.

La ciudad natal del dictador, en cambio, es un blanco difícil . Está siendo sometida a una pinza entre dos columnas que convergen por el este y el oeste. Ese originalmente pequeño pueblo de pescadores donde nació Kadafi hace 69 años y es la base de su tribu, el dictador lo convirtió en una moderna ciudad hoy con más de cien mil habitantes que se han beneficiado de un presupuesto privilegiado. Han sido esos dones los que aseguraron una lealtad vertical al dictador. La ciudad puede así convertirse en otro Alamein, como la ciudad de Egipto donde fue diezmado el Afrika Korps de Rommel por Montgomery, en la Segunda Guerra. La ofensiva es sin embargo un trámite complicado. Los rebeldes lo comprobaron en una pequeña villa al este de aquí, llamada Ragdalin. Las milicias llegaron ahí y obtuvieron el acuerdo de rendición de los vecinos.

Pero en cuanto entraron fueron emboscados . “No sé por qué pelean, es que no ven la televisión”, se quejaba asombrado y desconsolado a una cadena de noticias Agran Asiny, un miliciano de 23 años, mientras huía del lugar.

Una negociación similar fue puesta en marcha en Sirte, pero los avances son magros hasta ahora y los resultados de una equivocación serían enormemente más graves. De ahí que la ruta está cargada de caravanas de las famosas cuatro por cuatro artilladas pero también de camiones llevando armas pesadas, entre ellas tanques soviéticos T-55 requisados a los kadafistas rendidos en la ciudad de Zitan. Eso da una idea de los combates que se esperan en el principal y posiblemente último reducto kadafista.

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