domingo, 31 de enero de 2016

**Para La Diáspora**

Israel: Difícil de entender, fácil de amar…

Cuando uno llega al aeropuerto Ben Gurion, la primera impresión es de un
país que no está en guerra y lo que ha leído no es verdad o es otro país. Los
supermercados llenos, con changos llenos de mercadería, la gente, como es
costumbre, habla en vos alta, las calles, de noche, muy bien iluminadas,
Algún transeúnte, que sin fijarse que molesta el paso, está hablando por su
celular, a los gritos, consultando si compra manzanas de un precio o de otro,
Mientras, una señora frente a un cajero automático, en la vereda, está retirando
dinero sin mirar si la observan o no. Gente apurada esperando los ómnibus que
los llevará a su hogar y al subir se ponen a conversar con el chofer, sin apuro, de
salud, política o el clima.
La primera impresión es que en Israel no hay guerra; y efectivamente no hay guerra,
hay enemigos, muchos y antiguos enemigos, algunos tienen 5.000 años; fácil de
encontrar en un libro de historia: la inquisición, las expulsiones, el holocausto y
antes y después. Hoy nos quieren echar al mar, ayer nos querían hacer desaparecer,
mañana Di-s dirá y nosotros seguiremos respondiendo.
Estamos enamorados de nuestro país; como apoyando mis palabras, les cuento, que en
esta última semana nos han lanzado 200 cohetes, muchos de ellos fueron interceptados
por Domo de Hierro y la mayoría cayeron en lugares alejados de la ciudad. Desde el
momento del comienzo, de los lanzamientos, se suspendieron las clases, es lo único
que se nota fuera de lo cotidiano.
Al sonar las sirenas, los que viajan en auto o colectivo, deben bajar del vehículo y buscar
un lugar de reparo y si no lo hubiera tirarse al suelo y cubrirse, con los brazos la cabeza.
Aquellos que vivimos en departamentos: algunos tiene habitaciones de seguridad y otros
bajan, sin ascensor, un piso y esperan, el fin de la alarma, bajo la escalera de hormigón.
Como dato complemento, que se puede comparar con otros países: el Estado ha entregado
una máscara contra gases a cada uno de sus habitantes, distintos modelos: para bebes,
para asmáticos y personas normales, todas pagadas por el estado. Siete millones de máscaras.
Israel; país de bienestar, cuida a su ciudadanos y nosotros cuidamos a nuestros soldados que
son nuestros hijos.
Una forma de cuidarlos es trabajar de voluntarios en distintos organismos. En mi caso; hace
nueve años que vivimos en Beer-Sheva y hace ocho, que mi señora y yo, somos voluntarios
del ejército de Israel(Tzahbá)

Israel: Difícil de entender, fácil de amar…


Mario Beer-Sheva

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