miércoles, 27 de septiembre de 2017



SI DE PERDONES SE TRATA…
Pues comencemos, entonces.
Perdón…
A los momentos de vida, únicos, irremplazables, que no supe aprovechar plenamente.
A las aguas de los mares en los que no me bañé, por desidia o apatía.
A los pájaros, cuyos trinos no logré atender como lo merecían.
A las nubes que no vi, porque me olvidé de elevar mis ojos hacia el Cielo.
A las manzanas que comí sin saborear lo suficiente.
Al niño que fui, a quienes tantas veces descuido y abandono.
A mi salud, asombrosa, inexplicable, y a la cual en muchos casos la consideré obvia.
A las mañanas que no me sorprendieron.
A los atardeceres a los que tristemente me acostumbré.
A las estrellas, que en vano intentaron derramar su luz sobre mis ojos nublados.
Y al milagro de la Vida, a la que suelo confundir con el paso de los días, o con la vida, simplemente con minúscula.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.