miércoles, 27 de septiembre de 2017

El Diario, España- por Cas Mudde (The Guardian)
En 1991, Bélgica tuvo su (primer) domingo negro cuando el Bloque Flamenco –formación populista de extrema derecha– obtuvo un 6,8% de los votos a nivel nacional. Desde entonces, muchos otros países de Europa Occidental han pasado por una experiencia similar, desde Dinamarca a Suiza. Y ahora, incluso la estable Alemania tiene su propio schwarzer Sonntag, y es más negro de lo que la gente se esperaba.

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